Efectivos de la rama naval de las Fuerzas Armadas miden y estudian la principal playa de Gijón para confirmar si es apta para el simulacro de desembarco que se llevará a cabo el 24 de mayo, en presencia del rey Felipe VI

Con sus casi dos kilómetros de longitud entre Campo Valdés y la desembocadura del Piles, y una anchura de entre diez y cuarenta metros, según las mareas, la de San Lorenzo puede preciarse de ser una playa razonablemente grande. No es gratuito que se haya convertido en el arenal predilecto de gijoneses y turistas. Sin embargo… ¿Será lo que la Armada Española necesita para llevar a cabo con holgura, eficacia y vistosidad el simulacro de desembarco previsto para el próximo 24 de mayo? Esa es la gran pregunta que se formulan estos días en el Ministerio de Defensa y en la propia Gijón, y la que llevó a que este miércoles un pequeño ejército de militares y técnicos de la Armada, incluidos buzos e infantes de Marina, acudiese a la playa para hacer mediciones y evaluar hasta qué punto cumple las condiciones necesarias para el desarrollo de un ejercicio que será presenciado por el rey de España, Felipe VI.
La operación, que supondré poner en tierra desde varios buques de guerra a hombres y material de la Infantería de Marina, valiéndose para ello de las lanchas y vehículos anfibios del Grupo Naval de Playa, será uno de los actos complementarios organizados con motivo de la celebración en Asturias del Día de las Fuerzas Armadas, cuya cita principal se ha fechado para la jornada siguiente, la del 25 de marzo, en Oviedo. No obstante, éste no será el único foco de protagonismo de Gijón; el 18 de mayo, a las 12 horas, se oficiará la primera Jura de Bandera civil que la ciudad acogerá en ocho años, con un tope de 400 participantes, y cuyo plazo de inscripción está ya abierto, hasta diez días antes del acontecimiento.
Como buen veterano, precisamente de la Armada, bien los sabrás. ¿Da o no da para desembarco?