Salir y pasarlo bien es cada vez más un deporte de riesgo. La asociación feminista gijonesa ‘Mil voces violetas’ da las pautas a seguir ante un caso de sumisión química
Las agresiones sexuales por sumisión química han aumentado exponencialmente en los últimos meses. Hace pocas semanas, en Gijón, una joven denunció haber sido agredida por este método. Salió a fumar del local en el que se encontraba y sus amigos no supieron nada más de ella. Horas después dijo haberse despertado en un piso de la zona de la Ruta de los Vinos sin acordarse de nada de las últimas horas. Atrás queda lo de controlar la copa para que no metan sustancias tóxicas, ahora los agresores «pinchan» la droga directamente. Aún así, recuerda: si el hielo no flota en el vaso, es que tiene alguna sustancia de este tipo.
El problema de la rápida eliminación de estas sustancias es que complican aún más el poder denunciar, ya que la víctima no se acuerda de nada, no puede reconocer a su agresor y puede ser que no se dé cuenta de que ha sido agredida. “Las víctimas pueden tener entre 8 y 12 horas de laguna total. No saben si las han agredido, están doloridas, pueden darse cuenta tiempo después de que las han violado o ni siquiera percatarse. No identifican a la persona y en el hospital quizá no encuentren nada, aparte de las lesiones. Estamos ante una víctima sin pruebas para poder denunciar”, dice Paloma Navarro, secretaria de la asociación feminista gijonesa ‘Mil Voces Violetas’.
Las drogas que más se utilizan para estos pinchazos son el GHB, también conocido como éxtasis líquido, y benzodiazepinas, es decir, medicamentos como el lorazepan. Son depresores del sistema nervioso, por lo tanto, sedantes. “El problema de estas sustancias es que no dejan residuos en el cuerpo, a las 12 horas o incluso antes ya han desaparecido”, explica Navarro . Es por eso que recomiendan tratar de no orinar si sucede y acudir al hospital cuanto antes.
El alcohol: otro inmunodepresor
El alcohol también es una sustancia inmunodepresora, pero al estar socialmente aceptada, habitualmente no se le da la relevancia que merece, aunque sí aparece reflejada en las analíticas. Si alguien bebe hasta prácticamente perder el conocimiento, el alcohol está anulando su consentimiento, por tanto, si en ese momento mantiene relaciones sexuales estas no serían consensuadas. “Esto es difícil de presentar como prueba en un juicio, muchas veces los jueces tienen sus propias ideas y pueden tenerlo en cuenta o no”, recalca Navarro.
¿Qué hago si me encuentro en esta situación?
Paloma Navarro da las pautas necesarias por si algo de esto sucediera:
- No cambiarse de ropa y no ducharse. “Es lo primero que apetece, pero es muy importante no hacerlo para poder encontrar residuos”, destaca.
- No comer ni beber, para no eliminar ninguna sustancia.
- Acudir primero al hospital, para hacer las analíticas pertinentes. “Allí hacen un peritaje de oficio y denuncian o luego hay que acudir a la Policía para iniciar el proceso de denuncia”.
Si nos encontramos ante alguien que ha sufrido esta agresión:
- Siempre respetar sus decisiones. “Si la víctima no quiere ir a denunciar, no podemos obligarla”.
- Darle espacio y dejar que cuente lo que ha pasado.
- Acompañar a la víctima en todo momento, hasta que decida ir a denunciar o irse a casa.
Las agresiones sexuales no dejan de aumentar
El pasado año 2021, las agresiones sexuales con penetración aumentaron en el Principado de Asturias un 154,5 % con respecto al año anterior, según el informe de criminalidad del Ministerio del Interior. Hubo 28 agresiones, 12 de ellas en la ciudad de Gijón. Los datos de 2022 no estarán disponibles hasta finales de año, pero se espera que aumenten. Las cifras reales de todas las agresiones sexuales que se producen se desconocen, “solo contamos con los datos estadísticos que ofrece el Poder Judicial, que son los de aquellas víctimas que finalizan el proceso judicial, pero hay otras que no finalizan este proceso o simplemente no denuncian”, explica Navarro.
Puntos lila: información y ayuda
La asociación ‘Mil voces violetas’ gestiona junto a la Consejería de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón los conocidos como puntos lila. Estos puntos se encuentran en las actividades que se organizan a lo largo del verano en la ciudad y en otros ayuntamientos, que las llaman de manera puntual para algunas fiestas. Además, también hacen intervenciones a pie de calle en las zonas de fiesta, como Fomento, para controlar que no haya peligros.
Hacen un trabajo informativo y de prevención, con el objetivo de informar a los jóvenes, observar si alguien se encuentra en una situación de vulnerabilidad y, en caso de que haya algún tipo de agresión, derivar a la víctima a los recursos que hay por toda Asturias. También cuentan con controles de alcoholemia, gafas simuladoras de los efectos de las drogas y material informativo como pulseras, folletos o chapas.
Desde ‘Mil voces violetas’ recalcan que “nunca es tarde para empezar un proceso de denuncia”. Muchas mujeres acuden a la asociación tiempo después de haber sido agredidas para contar lo ocurrido. Ellas ofrecen acompañamiento a las víctimas, van con ellas al juzgado, por ejemplo, si no se atreven a ir solas, les indican a qué recursos de ayuda deben acudir y también ofrecen acompañamiento por WhatsApp o redes sociales. “La Administración tiene recursos especializados para estos casos, no entorpecemos, solo informamos y acompañamos”, explican.
Recursos de ayuda en Asturias
Si eres o has sido de víctima de algún tipo de agresión, puedes ponerte en contacto con los siguientes recursos de ayuda:
- Mil Voces Violetas
Conseyu de la Mocedá
Avenida Manuel Llaneza, 68 Bajo
33208 (Gijón)
Instagram: @milvocesvioletas
- Centro de Crisis para Víctimas de Agresión Sexual
- Centros asesores de la mujer
Gestionado por el Instituto Asturiano de la Mujer, encuentra el más cercano aquí.
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