Tras la tragedia de Fomento el colectivo llama a abrir un gran diálogo entre vecinos, Ayuntamiento, fuerzas de seguridad y dueños de establecimientos para revisar el modelo de ocio nocturno
Gijón sigue conmocionada por la tragedia de José Antonio Justel, el leonés de 44 años al que el 11 de noviembre mataron de una paliza ante un pub de Fomento. Y con el debate entre empresarios del ovio nocturno y vecinos del barrio ya servido y muy presente desde entonces, el colectivo Hostelería Con Conciencia (HCC) ha vuelto a tomar posiciones a favor de los segundos, clamando por un diálogo entre todas las partes afectadas, incluidos el Ayuntamiento y las fuerzas y cuerpos de seguridad municipales y estatales, para tratar de hallar los focos del problema y una posible solución. El objetivo último, desde luego, es claro: lograr una sana convivencia entre residentes y hosteleros, y evitar que no sólo las muertes, sino las peleas y los incordios por efecto del disfrute nocturno, se repitan en el futuro.
«Sabiendo que es un problema, y que no es la primera vez que pasa, hemos de poner medios y mecanismo para pararlo», reclama Félix Marcos, portavoz de HCC. La plataforma, de hecho, ya brindó su apoyo la semana pasada a la concentración vecinal celebrada el viernes en la calle Marqués de San Esteban, un claro ejemplo del hartazgo de los lugareños, y una llamada más a la toma de medidas que respondan a un análisis conjunto previo. «Yo no tengo las soluciones, soy hostelero, pero debemos reunirnos con quienes sí pueden tenerlas, y negociar», reflexiona Marcos.
Por descontado, el paso previo, igualmente colectivo, es analizar en profundidad y con honestidad las posibles causas de la dinámica que propicia el malestar vecinal. En ese sentido, desde HCC son claros: es necesario cumplir con la normativa vigente en materia de control de accesos, aforo, edad mínima para el consumo de alcohol y presencia de personal de seguridad. Y, muy importante, no mirar hacia otro lado. «Si se nos muere un cliente delante de nuestro local porque alguien le ha pegado, alguna responsabilidad tendremos los hosteleros; no penal, pero sí hemos de tener mecanismo para avisar a las autoridades», apunta Marcos.
No obstante, nada de esto constituye un ataque contra el sector del ocio nocturno; en HCC son meridianamente claros al respecto. Pero sí creen necesario un punto de equilibrio entre la profesionalidad y seguridad, y la tolerancia del vecindario. «Entendemos que los ciudadanos se quejen de los horarios y de los ruidos; es normal, aunque también hay que comprenderlo hasta cierto punto», plantea su portavoz. Ahora bien, concluye recalcando que su postura está bien sentada, y se encuentra «con los vecinos; a fin de cuentas, ellos son nuestros clientes».