La presentadora asturiana, en plena luna de miel de su nueva relación profesional con TVE, pasó unos días en su ciudad natal, reencontrándose con sus familiares y allegados y disfrutando de todas las bondades que la villa de Jovellanos puede ofrecer
Hay algo en Gijón que seduce, que conquista, que retiene el alma misma, e invita a regresar una y otra vez a las calles y plazas de dicha ciudad… Especialmente si uno ha nacido en ella. Que se lo pregunte, si no, a Lara Álvarez, rostro indeleblemente ligado a la cadena televisiva Mediaset… Hasta que, en mayo del año pasado, anunció su fichaje por Televisión Española (TVE). La periodista y presentadora asturiana, flamante nueva conductora del programa ‘La conexión’ (una versión hispana del exitoso espacio neerlandés ‘The Connection’) decidió estrenar el mes de febrero pasando unas jornadas en la villa de Jovellanos, disfrutando de jornadas de sol invernal y de la compañía de sus más cercanos, embebida de la magia del Cantábrico… Y, cómo no, disfrutando de ese néctar impagable que es la sidra… Debidamente escanciada, por supuesto.
De hecho, y tal como la aludida dejó en evidencia en sus redes sociales, Álvarez no dudó en tomar botella y vaso, y servir unos buenos culetes del preciado líquido en uno de los establecimientos hosteleros de la plaza Mayor, para sorpresa y expectación de aquellos transeúntes y clientes que la reconocieron. No obstante, esa sólo fue la parte más frívola de su periplo gijonés… Sus días en suelo patrio también incluyeron la compañía de sus padres, Raúl Álvarez y Gracia González, así como recorridos por el Muro de San Lorenzo, Cimavilla o el Puerto Deportivo. En fin, un completo tour por los rincones que han marcado buena parte de su vida, perfecto, se intuye, para recargar las baterías antes de retomar la aventura en TVE.