A los asturianos nos gusta beber, no es un secreto. Las noches de verano, las fiestas de prao, los domingos de romería, los juernes universitarios, la hora del vermú con la familia. Son tiempos algo raros para ello, pero aún podemos perdernos en un ‘terraceo de viernes’.
Y entre todos estos planes surge en Gijón una pregunta existencial: ¿sidra o cerveza? “La sidra no se puede tomar con el estómago vacío”, “la cerveza engorda más” “esta da sueño” “esa es muy ácida”. Opiniones hay para todos los gustos, por eso hemos querido ir a los expertos, a dos chigreros curtidos en la batalla que han visto desfilar por sus barras a generaciones de gijoneses y gijonesas iniciándose o consolidándose en una u otra opinión.
Manrique Saras, socio de Cervecería La Abadía
La gente prefiere la cerveza: Clásica, sin duda. Se pide mucha cerveza de importación, sobre todo belgas y alemanas.
De grifo o embotellada: De grifo. A la gente le gusta la cerveza bien tirada. Tenemos 9 grifos y casi toda la cerveza que vendemos es de barril.
El tamaño importa, y mucho: La reina es la pinta.
Aceitunas, patatas o frutos secos: Hay cosas en las que mejor no elegir, nosotros ponemos los tres.
Quien bebe vuestra cerveza: Personas de 30 hacia arriba, en pareja o con amigos.
La hora de la cerveza es: De 20 a 22h son las horas estrella.
Lo más extraño que te ha pasado detrás de la barra: Que nos pidan cafés, una y otra vez. ¡Somos una cervecería tradicional!
La cerveza es: No tiene nada que ver con otros alcoholes. Aquí vienen grupos de amigos, parejas, toman un par de cervezas, tres y nunca hay ningún problema. Es una bebida social, que da ese ‘buen rollo’ entre los grupos. Nunca hemos tenido una pelea.
El bonus, ¿cuántas cervezas remontan un ‘mal día‘?: No hay penas que resistan la segunda pinta.
Ana López, de Sidrería Román
La denominación de origen, ¿se pide? Nosotros sí la trabajamos y hay bastante gente que la pide. Pero sigue reinando la ‘de siempre’, de ella vendemos el doble que de la denominación.
A favor o en contra del escanciador automático: Ni tenemos, ni lo piden, ni se le espera. Nosotros somos de escanciar. Alguna vez nos piden pitorro, que sí tenemos, pero es muy raro.
Qué acompaña bien una sidra: en barra, triunfa la andarica, es lo más típico. Luego, por supuesto, alguna ración a compartir, como los calamares.
El perfil del amante de la sidra: Cada vez menos joven. Si entran una pandilla de 5 chavales jóvenes, 3 beben cerveza seguro. Ente las personas mayores sigue triunfando la sidra.
Lo más extraño que te ha pasado detrás de la barra: El filón de anécdotas con turistas y sidra no tiene límite. Desde gente que pide una sidra y que marcha al primer culín (porque piensa que se paga por culines) a los que llenan el vaso de sidra hasta arriba para ir bebiéndola a sorbinos.
El bonus, ¿cuántas cervezas remontan un ‘mal día‘?: Con 4 sidras no hay pena que resista.