La Consejería de Cultura podría cerrar la declaración BIC sobre la extraordinaria colección de la extinta Caja de Ahorros de Asturias, a pesar de la ausencia de información sobre la localización de los miles de bienes de los que no se sabe nada

Una parte del misterio de la antigua colección de la Caja de Ahorros de Asturias ha quedado desvelado, gracias a la instrucción que ha llevado a cabo la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte del Principado para declararla Bien de Interés Cultural (BIC) y protegerla, entre otras cosas, de su desaparición. Ahora sabemos que, al menos, hay 1.063 obras de arte en poder de Unicaja Banco, que ha perdido 36 y que casi doscientas están fuera del Principado. Tal y como adelantó este periódico, la mayoría, en un almacén de Cuenca.
¿Ha quedado resuelto el enigma de la colección privada de arte más importante de Asturias? “No, por supuesto”, responde Marco Antuña, secretario general de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) en Unicaja Banco. El trabajador de la entidad bancaria, representante de los trabajadores de la entidad en el Comité de Oficinas de Asturias, presentará alegaciones al expediente BIC, para que la Consejería siga investigando: “Si se cierra ahora, este asunto quedará sin resolver y blanquearán un expolio”.
En el extenso y detallado escrito que ha presentado en la Consejería reclama un inventario completo y actualizado, la “repatriación” a Asturias de las obras que se encuentran fuera de la región para que sean incluidas en la declaración de BIC, garantía de permanencia en Asturias, un plan de conservación y accesibilidad pública, la documentación asociada, responsabilidad por el deterioro de las obras y la investigación de la desaparición de las obras.
No es la primera vez que actúa para poner luz sobre uno de los casos más oscuros del patrimonio cultural asturiano. El 31 de enero de 2024 Antuña ya presentó en la Fiscalía del Principado de Asturias una denuncia contra la cúpula de Cajastur y Unicaja, por un presunto delito de administración desleal. El fiscal Gabriel Bernal del Castillo archivó la denuncia porque no dio crédito a la posible desaparición o intencional o sustracción de bienes. Por eso Artuña afirma que “ni el Principado ni la Fiscalía pueden mirar para otro lado, cuando hay un expediente que reconoce una pérdida significativa”.
El origen de este caso del que ahora empezamos a ver algo de luz está en 1946, cuando la Caja de Ahorros de Asturias se constituyó por la fusión de las Cajas de Ahorros y Montes de Piedad de Oviedo y Gijón, y en su finalidad social y derivado de su labor de mecenazgo cultural, la entidad bancaria acumuló un importante patrimonio artístico. Luego llegó la fusión con Liberbank (2011) y más tarde Unicaja (2021). En 1996, el entonces presidente de Caja de Asturias, Manuel Menéndez, presentó la Colección Caja de Asturias como “un excepcional conjunto que hemos bautizado como Colección Caja de Asturias”. Añadió en su escrito para el catálogo de la colección que se trataba de “un importante fondo de arte que cuenta en la actualidad con más de tres mil obras”.

Si la Consejería de Cultura ha logrado que Unicaja reconozca 1.063 obras de su propiedad, ¿dónde están los otros dos mil bienes? En el verano de 2023 la Consejería de Cultura reclamó tanto a la entidad bancaria como a la Fundación “una copia de los inventarios de las obras que recoja la localización de cada elemento y detalle su titularidad actual”. En el expediente de la instrucción de la declaración BIC, de alrededor de un millar de páginas, no figura ningún inventario entregado por la Fundación Cajastur. Este periódico ha preguntado a la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte si no existe respuesta de la Fundación Cajastur y si va a reclamar a Unicaja que aloje en territorio asturiano las obras que están en Cuenca, Barcelona y Madrid. La Consejería ha declinado responder a estas dos cuestiones.
Las preguntas acerca de la colección de Cajastur no han sido atendidas por Carlos Siñeriz de Paz, Director General Fundación Bancaria Cajastur. El concejal de Izquierda Unida-Convocatoria por Oviedo, Gaspar Llamazares, ha sido testigo del recorrido histórico de esta colección y cuenta que cuando Cajastur se fusionó con Liberbank, hace 14 años, la Junta del Principado quiso saber cuál era el inventario de la colección “para evitar que la fusión facilitara una descapitalización de la colección asturiana”.
El concejal y portavoz de IU-Convocatoria por Oviedo recuerda que hubo numerosas iniciativas parlamentarias y los diputados mostraron una preocupación por reconocer estos fondos y que no saliera de Asturias. “Hay que exigirle al Principado de Asturias, más que a la Consejería de Cultura, que investigue este asunto por completo. La Fundacion Cajastur es pequeña, tienen una actividad cultural limitada y tienen facilidades para conocer el inventario que tienen. El Principado debería dirigirse a la Fundación. La declaración BIC no puede ser el punto final”, añade Llamazares.
Al respecto, el informe que el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) ha aportado al proceso de instrucción es muy claro: “Saber dónde se encuentran estas otras obras de la colección y qué pasó con ellas tras la fusión de Liberbank en Unicaja sería tan sencillo como pedirle a los representantes de la Junta General del Principado y el Ayuntamiento de Gijón que lo reclamaran en el Patronato de Cajastur. En los estatutos de la Fundación Bancaria se recoge su total independencia con respecto a quienes las han nombrado, pero también su facultad de inspección, vigilancia y orientación de las actividades de la Fundación y la exención del deber de guardar secreto cuando la información sea requerida por las autoridades de protectorado y supervisión, es decir, el Principado de Asturias”.
Consuelo Vallina, presidenta Asociación de las Artes Visuales de Asturias y en el Patronato de La Laboral, recuerda que el origen de la investigación sobre esta colección está en la presión de la ciudadanía. Y, a pesar de lo descubierto por el expediente del BIC, reclama más información sobre la localización de las obras de arte que faltan: “¿No se les puede pedir a los responsables de la Fundación de Cajastur que declaren y cuenten dónde está ese inventario? Hay que seguir investigando. Nunca colaboraron, llevaban años ocultando el catálogo y su localización. Ahora con la declaración BIC les han obligado a declarar, pero no está todo. La sociedad asturiana está enterísima, otra cosa es que alguien quiera hablar”, indica Vallina. De hecho, fuentes consultadas que prefieren no ser identificadas explican que en los almacenes del Palacio Revillagigedo no solo está la mayor parte de la colección Unicaja, también está la colección de la Fundación Cajastur, que han escpado de la revisión del expediente BIC.
Un día después de que este periódico desvelara la situación de su colección de arte, Unicaja ha puesto en marcha la campaña de promoción de la exposición que inaugurará en el Palacio de Revillagigedo, propiedad de la Fundación Cajastur. “La pintura contemporánea en la Colección Unicaja (1865-2000)”, comisariada por la historiadora Gretel Piquer, reunirá una selección de 84 obras de los fondos que han sido seleccionadas por Javier Barón, según anuncia La Nueva España.