«Era un portero valiente, daba seguridad a sus defensas, nunca se adornaba en exceso y conseguía estar bien colocado cuando la pelota se empezaba a envenenar«
Tienen algunas familias el deporte en sus genes y repiten afición o profesión de padres a hijos o de tíos a sobrinos. Son muchas las sagas que hicieron de su apellido marca e incluso al revés, también en el Sporting, lo sabemos muy bien. Los hermanos Sión: Floro, José María y Luis y el sobrino Manuel son un buen ejemplo de estirpe futbolera. Cuando la pelota y los borceguíes entran en casa se quedan en el hogar para siempre.
Manuel Álvarez Sión «Sionín» nació el primer día del año 1928 en La Felguera sin saber que otro gran portero llegaba al mundo desde la cuenca «casi buena». Repasan Frichu Yustas y Xurde Lains la vida de Sión entre los tres palos, sin ahorrar detalle alguno, en su estupendo libro: «Los locos del Piles». Todos los porteros del Real Sporting de Gijón (1905-2020). Del Club Avenida juvenil al Círculo Popular de La Felguera, pasando por el Turón y el Maestranza Aérea de León antes de firmar por el Sporting.
Pudo conocer otro destino este portero de postín pero Zamora no apostó por el de La Felguera. Lo contaba Manuel Sarmiento Birba en una de sus glosas impagables: «Quiso el Celta fichar al guardameta y a Vigo fue llamado Sionín. Entrenaba al club celtiña el legendario Ricardo Zamora, le hicieron las pruebas, ni bien ni mal… El Divino se equivocó y no supo ver a uno de los suyos». Un número uno que haría historia en El Molinón en la década de los 50. Tardó en jugar con el Sporting, le cerraba el paso Munárriz, un bilbaíno grandote que dejó de ser titular una tarde gijonesa de goles ante el Badalona. Ganaron los rojiblancos por 3 a 0 y Sión hizo un partidazo.
Era un portero valiente, daba seguridad a sus defensas, nunca se adornaba en exceso y conseguía estar bien colocado cuando la pelota se empezaba a envenenar. Disputó 95 partidos en primera, 145 en segunda y 6 de copa. Fue una vez internacional b, en un encuentro que enfrentó a las selecciones de España y Alemania en 1953. Una puñetera lesión de rodilla le obligó a dejar los terrenos de juego después de doce temporadas de militancia sportinguista.
El 25 de diciembre de 1960 se le rindió un partido homenaje y en el pitido final el bueno de Manuel ya sabía que no quería desvincularse de su adorado fútbol. Con el carnet de entrenador regional en la cartera se hizo cargo de diferentes banquillos: Turón, Pelayo, Praviano, Candás, Atlético Gijón, Gijón Industrial y Santa Marina. Fallecía Manuel Álvarez Sión en la capital de la Costa Verde el 13 de marzo de 1982. Seguro que en su funeral alguien recitó por «lo bajini» los ripios que le dedicó la torcida rojiblanca: «Un chut sale de una bota, no importa… allí está Sión, que en fantástico estirón atenaza la pelota».
Bien por Sionin. buen hijo esposo y padre. Nadie sabe lo que paso para llegar dónde llego.gracias., descansen en paz el y su hijo