ENTREVISTA CON SOFÍA MORENO, PRESIDENTA ‘ABIERTO HASTA EL AMANECER’
«Queremos que se nos tenga en cuenta como asociación juvenil, llevamos 25 años en Gijón y podemos aportar mucho al Ayuntamiento, a la ciudad y a otros jóvenes«
Sofía Moreno (Piedras Blancas, 1994) lleva más de tres años en la asociación juvenil gijonesa Abierto Hasta el Amanecer (AHA), de la que ahora es presidenta. Recientemente, han cambiado su sede y se han trasladado al barrio de Moreda, desde donde quieren hacerse oír para que la gente también conozca su nueva ubicación. «Tenemos que reflexionar y ver cuál es la situación de la juventud ahora mismo para poder adaptar nuestro programa a sus necesidades», advierte.
¿Por qué os habéis trasladado a esta nueva sede?
Nos trasladamos porque ya en 2017 salió una convocatoria del Ayuntamiento de Gijón ofreciendo locales municipales a asociaciones. Nos presentamos y se nos concedió, lo que pasa que el intervalo de 2017 a 2022 fue todo un proceso muy lento. Una vez concedido, nunca acababan de arrancar las obras, arrancaron por fin en otoño de 2021, porque estos locales estaban completamente inutilizados, no estaban ni adecuados, entonces en el proceso nos dejaron diseñar el local como nosotras necesitábamos. Finalmente, nos mudamos el pasado mes de marzo. Antes nuestro local era de propiedad privada, estábamos pagando un alquiler y el local tampoco estaba ya en las mejores condiciones. Aquí, al ser local municipal, no pagamos alquiler, pero sí pagamos los gastos. Además, compartimos espacio con dos asociaciones más: ‘Reciella, families Pol asturianu’ y Scouts, lo cual está muy bien. Tenemos una zona común, que es una sala grande donde hacemos formaciones y reuniones y los aseos, que son también compartidos. Este local es un lujo, en el otro no teníamos ni ventanas.
¿Cómo vais a dar a conocer el nuevo local?
Hicimos una pequeña inauguración en abril, estaba previsto utilizar el parque de Moreda, que es un puntazo tenerlo aquí al lado, para hacer actividades al aire libre, pero llovió. Lo trasladamos todo al interior y no fue lo mismo, pero sí fue un primer pistoletazo de salida, también para darnos a conocer a las asociaciones que tenemos alrededor. Es verdad que, en la última fase del curso anterior del programa de ocio alternativo, ya se vivieron aquí las primeras inscripciones. Fue un reto que la gente entendiera que ya no estábamos en El Llano y sí se acercaron bastante. Teníamos un poco de miedo o incertidumbre, por si la gente sabría realmente que nos hemos mudado, pero ya se enteraron muchos. Ahora, haremos la difusión de la primera fase de la próxima edición en octubre, y recalcaremos que estamos en Moreda. También queremos que puedan venir otras personas o entidades a hacer uso del local siempre que lo necesiten. Por ejemplo, la asociación Mar de Niebla hace actividades en el parque de Moreda y utilizan nuestro local para cargar los ordenadores, para guardar algunos materiales y también los aseos.
«La realidad de la juventud ya no es la misma que antes del covid»
¿Como una especie de coworking?
Bueno, no le hemos puesto nombre todavía, pero sí que la gente sepa que es un espacio al que se puede acceder. Es complicado tener un espacio municipal, porque hay muchos requisitos, necesitas ser una asociación, etc. Si unos chavales necesitan un espacio, pues que sepan que aquí hay capacidad de ser flexibles, en cuanto a horarios también y que estamos totalmente dispuestas a compartir espacio.
¿Habrá alguna actividad este verano?
En verano nunca tenemos actividad. El programa de ocio nocturno, que es un poco el que nos marca el ritmo en el curso, nunca tuvo actividad por el verano, porque se entiende que la gente se va fuera de vacaciones, hay otras festividades… Sí que tenemos algunas cosas puntuales, dando talleres a otras entidades, esta semana por ejemplo estamos dando un taller a la Fundación Secretariado Gitano. Pero esto no son actividades propias, sino demandas que tienen otras entidades. Estamos poniendo orden y preparándonos para el curso que viene.
¿Cómo afrontáis el nuevo curso?
Es el primer curso que ya vamos a pasar instaladas aquí, el año pasado fue la mudanza, fue un año de bastante lucha por el convenio que tenemos con el Ayuntamiento de Gijón, también había bastantes personas nuevas en el equipo, lo que conlleva un esfuerzo extra. Espero y deseo que este sea ya el año de estar asentadas, de tener ya todo en orden y que la gente se acostumbre también a que ahora estamos en Moreda y no en El Llano, que la gente vaya conociendo el local poco a poco.
«Cada vez participan más personas porque les hace efecto a nivel personal y social»
¿Podemos hablar ya de normalidad en AHA?
Espero que sí. La edición anterior ya lo fue bastante, porque pudimos recuperar las actividades deportivas. No las habíamos podido tener durante el covid y son muy importantes en Abierto Hasta el Amanecer. De hecho, percibimos un repunte muy grande en la participación del área deportiva de la entidad. La gente tenía muchísimas ganas de hacer deporte en equipos, porque todo lo que pudimos hacer durante la pandemia eran actividades deportivas individuales. La gente tenía ganas de recuperar el horario nocturno, de torneos deportivos, de las ligas, que tienen muchísimo tirón… En ese sentido, en cuanto al formato de actividades, sí que se recuperó la normalidad, tanto de horarios como del tipo de actividades que ofrecíamos.
Tenemos una deuda pendiente y es hacer un análisis de cómo es el ocio y la participación de la juventud gijonesa ahora mismo, porque hemos notado que hemos vuelto al formato precovid, pero también percibimos que la realidad de la juventud muchas veces ya no es la misma. Tenemos que reflexionar y ver cuál es la situación de la juventud ahora mismo para poder adaptar el programa a sus necesidades. ¿Hemos vuelto a la normalidad? Sí, porque hemos recuperado todas las actividades, pero no hemos vuelto a la normalidad propiamente dicha, porque la realidad ha cambiado. Volver a lo de antes quizá no es volver a lo normal de ahora. El Ayuntamiento de Gijón también tiene pendiente hacer su propio análisis de la realidad para el Plan de Juventud, nos gustaría encontrar una pequeña simbiosis con ese estudio y con lo que nosotras queremos analizar.
¿Qué sensaciones os transmite la gente joven después de la pandemia?
En un análisis superficial, basado en sensaciones y en lo que se percibe, sí que da la sensación de que la población joven está en un momento más frágil del que podía estar antes del covid. Realmente, nadie está volviendo a cómo estaba antes de la situación del covid. Tenemos muchos más participantes nuevos, gente que nos ha conocido ahora, o que le ha despertado la necesidad de gestionar su ocio de otra manera o relacionarse con otras personas de manera diferente y se nota mucho esa vulnerabilidad y fragilidad. Hay personas que llevan una mochila personal y vital que quizá se ha desmoronado un poco con la pandemia y están intentando reubicarse, llegan a AHA porque es un espacio seguro, de ocio alternativo, conocen gente nueva, socializan, le escuchamos, hacen cosas que a lo mejor no se atrevían a hacer solos o solas, pero si lo hacen en grupo sí les apetece… Hay un aumento de estas personas, para las que participar no es solo el ocio por el ocio, sino que también les hace un efecto a nivel personal y social.
«Hay que apostar mucho más por los jóvenes, que no sea lo residual o lo problemático, o de lo que nos acordemos de vez en cuando para una campañita«
¿Cómo creéis que puede crecer Abierto Hasta el Amanecer?
Tenemos una ventaja muy grande en este ocio alternativo y es que lo gestionamos desde jóvenes para jóvenes, es nuestro lema desde hace 25 años. Eso nos da la ventaja de que estamos más próximas a la realidad juvenil y sabemos un poco lo que le apetece a la gente. También nos hace falta, lo que decía, un espacio de reflexión y análisis para poder acercarnos un poco más a las realidades juveniles de ahora. ¿Qué necesitamos para crecer? No sé si la clave es crecer y morir de éxito, sino por lo menos estabilizarnos. Venimos de años en los que hemos hecho mil cambios en la programación por el covid, hemos estado muy inestables en cuanto al convenio y eso también afecta. Para poder ofrecer calidad en la programación, tienes que tener un mínimo de estabilidad interna.
Si logramos hacer este análisis, sí le podemos dar un empujoncito al proyecto, siendo nosotras muy conscientes de que tienen que ocurrir esas cosas. A veces tiramos hacia adelante con la inercia, es lo que han hecho muchos con la pandemia, dicen “aquí no ha pasado nada, vamos a volver a como estábamos, tiramos para adelante y ya está”. Pero es que igual hace falta realmente ese espacio de reflexión. Nos estamos empezando a reunir, de manera muy informal, con otras entidades, a propuesta de algunos profesionales del ámbito de la salud mental, porque están percibiendo cosas. Todo el mundo sabemos que está pasando algo, pero hay que empezar a encajar el qué. Quizá no es tanto crecer, sino adaptarnos a las necesidades que tiene la gente ahora mismo.
«El Ayuntamiento no cumplía los plazos por falta de personal y nos veíamos siempre sin liquidez»
¿La sociedad y las instituciones se preocupan realmente de la gente joven? Asturias es una comunidad con una población muy envejecida.
No solemos estar los primeros de la lista de la agenda política nunca, de hecho, solemos estar en la cola. Esto pasaba el año pasado, cuando estábamos en ese momento de vuelta a la normalidad, entre comillas, que la prensa solo nos llamaba para preguntar por los botellones masivos que se hacían en Somió y demás. La población juvenil solo sale a la palestra en la prensa o en las preocupaciones políticas cuando suponemos un problema, cuando hay que gestionarlo porque estamos dando la tabarra más de lo necesario. Creo que esto es el sino eterno de los jóvenes y las jóvenes, de que somos problemáticas, disruptivas…
Hay que empezar a confiar muchísimo más en la población joven, porque en Asturias, efectivamente, tenemos una población muy envejecida y es lo que nos queda. Si no le damos oportunidades o no le damos voz a la gente joven, nos va a quedar una población con la pirámide completamente invertida. Hay que apostar mucho más por los jóvenes, que no sea lo residual o lo problemático, o de lo que nos acordemos de vez en cuando para una campañita. Los intereses de la población juvenil deben ser transversales a todas las problemáticas que hay en el municipio, nosotros también vivimos aquí y podemos hablar de todo, de movilidad, de medio ambiente, de feminismo, de convivencia… De todas las temáticas. Que no se nos tenga en cuenta solo para lo “juvenil”, que es como nuestro cajón desastre, sino para todos los temas.
¿Qué problema tenéis con el convenio con el Ayuntamiento?
El programa de ocio nocturno depende, en una gran mayoría, económicamente hablando, del convenio que tenemos con el Ayuntamiento de Gijón. Lo que pasa es que es un convenio anual, excepto este año, que hemos firmado ya por fin uno bianual, hasta el 31 de diciembre de 2023. Esto nos genera bastantes quebraderos de cabeza, por todas las partes diría, porque por un lado, al ser anual, todos los años había que renovarlo, iniciar el proceso, etc. El Ayuntamiento rara vez cumple los plazos que tienen en el convenio, que son los que ponen ellos, entonces nunca llegábamos a tiempo y siempre nos quedábamos sin liquidez. Somos una asociación juvenil, no una empresa, no generamos beneficios, por lo tanto, vamos al día como quién dice. No teníamos liquidez para llegar al pago de nóminas, al pago de monitores y monitoras, al pago de materiales… Y nos veíamos con el agua al cuello constantemente.
Por otro lado, sí que echábamos mucho de menos, y en eso sí que se ha avanzado un poquito con el ayuntamiento, que la relación no fuera únicamente para justificar el convenio, es decir, que no tuviéramos una relación meramente administrativa en relación a lo económico, sino que fuera más cercana y poder trabajar esas otras cosas de la juventud. Que se nos tenga en cuenta como asociación juvenil, llevamos 25 años en Gijón y podemos aportar muchas cosas a la administración, al municipio y a otros jóvenes. El propio consistorio lo manifiesta, hay una lentitud provocada en su mayoría por una falta de personal, que no permite que los tiempos administrativos ayan al mismo ritmo que los tiempos de las entidades sociales. Si se habla con otras entidades y asociaciones de Gijón, estamos todas prácticamente igual, no solo nos pasa a nosotros. El año pasado recuperamos la presencia en el Conseyu de la Mocedá, en el del Principado de Asturias, ahora estamos formando parte también de la Red Contra la Exclusión y la Pobreza. Somos conscientes de la situación en la que estamos todas y son necesarios más que nunca esos espacios de participación.