Aitor y Villalba dan la vuelta al tanto inicial de Guruzeta para firmar la primera victoria rojiblanca en El Molinón en más de tres meses

Tres meses y una semana más tarde, la parroquia sportinguista pudo volver a celebrar una victoria liguera en El Molinón. Desde el pasado 16 de octubre, frente al Alcorcón, los de David Gallego no festejaban un triunfo en su feudo. Y estuvieron cerca de no volver a hacerlo. Durante una hora de juego, el Sporting fue totalmente inoperante y el Amorebieta llegó a ponerse por delante con un tanto de Guruzeta. Una renta que pudo ser mayor si el VAR no hubiera anulado el segundo tanto visitante. Un punto de inflexión en el partido que hizo desperezarse definitivamente al Sporting, al que le bastó media hora de fútbol para remontar, con goles de Aitor y Villalba, y llevarse unos muy sufridos tres puntos.
Arrancó muy intenso el Amorebieta, con una presión asfixiante a la lenta salida de balón sportinguista. Fueron los locales los primeros en dar, a los dos minutos de juego, con un remate desviado de Babin a un córner de Pedro Díaz. Un mero espejismo de superioridad que duró apenas diez minutos en los que los de David Gallego aprovecharon la banda derecha, con el recuperado Aitor y Guille Rosas, para crear cierto peligro.
Con el paso de los minutos, el Sporting se volvió inoperante, finalizado el efecto efervescente del inicio. Pedro Díaz, Christian Rivera y sobre todo Fran Villalba desaparecieron entre camisolas negras y los rojiblancos perdieron definitivamente el pulso del partido. En estas, avisó el Amorebieta, con un remate de cabeza de Olaetxea que puso en problemas a un confiado Mariño, que necesitó de una doble intervención para amansar el balón. La réplica la dio Djuka, aprovechando un gran pase filtrado de Pedro para plantarse escorado delante de Santamaría, que rechazó su disparo.
El premio les llegó a los visitantes en un nuevo regalo de la zaga rojiblanca. Un despeje de Luengo en la línea defensiva se convirtió en una gran asistencia para Guruzeta. El atacante aprovechó la caraja de Berrocal para iniciar la carrera y plantarse solo delante de Mariño. Su definición, con un disparo fuerte y seco a la escuadra de la portería, inapelable. 0-1 en el electrónico y tocaba remar.
Sin embargo, ni el resultado adverso consiguió despertar a un Sporting insulso. Una falta de Pedro desde más de 30 metros que Santamaría rechazó con los puños fue el único bagaje ofensivo de los de Gallego para buscar el empate ante un Molinón que se impacientaba cada vez más. De hecho, parecía más cerca el segundo gol visitante. Lo tuvo Unzueta en un nuevo error en cadena de la zaga rojiblanca, pero atrapó Mariño. Sin más respuesta se llegó al intermedio.
El inicio de la segunda parte siguió por el mismo camino. No había transcurrido un minuto y ya había disfrutado el Amorebieta de dos buenas ocasiones. Primero, con un centro de Larra que Unzueta conectó fuera y, a renglón seguido, con un defectuoso remate de Larra tras una gran jugada trenzada dentro del área del Sporting. Lo mejor para el conjunto local, a estas alturas, era el resultado.
El mejor ejemplo de lo que estaba siendo el partido del Sporting fue el segundo gol del Amorebieta, anulado por fuera de juego a llamada del VAR. Seguín, solo, puso un centro aparentemente sin peligro. Mariño, en una mala salida, y Babin se enredaron y el balón le cayó a Guruzeta, con la portería desguarnecida. El remate, en semifallo, fue a parar a los pies de Unzueta, que aún pudo ceder a Álvaro Peña para que embocara el balón con la permisividad de la defensa rojiblanca. Una jugada rocambolesca, esperpéntica, que enseñó todas las costuras de un equipo totalmente impotente. Solo la escuadra y el cartabón del VAR salvaron al Sporting.
Cosas del fútbol, ese gol en contra anulado fue el acicate del Sporting, que terminó por desperezarse y encontró su premio cuando mejor estaba el Amorebieta. Christian Rivera envió un balonazo a la carrera de Aitor, porfiando con Luengo. La cesión del central, de cabeza, a su guardameta, se quedó corta y el onubense no falló, ganando el esférico y batiendo a Santamaría para poner el empate en el electrónico. Del posible 0-2 al 1-1 y, con 25 minutos por delante, el partido parecía completamente distinto. Gallego apostó por Campuzano para sumar efectivos en la punta de lanza.
El Sporting, cada vez más protagonista, comenzaba a comprometer al Amorebieta, con un Guille Rosas muy ofensivo. Suya fue una doble ocasión de mucho mérito. Primero, con un gran disparo dentro del área que Santamaría rechazó a córner y, en la jugada siguiente, con un chut lejano con la zurda, con el mismo resultado.
El dominio era cada vez mayor y el cántaro terminó por romperse de tanto ir a la fuente. Aitor templó un balón al corazón del área buscando a Babin, que no consiguió conectar el remate. El balón terminó en las botas de Fran Villalba que, con más maña que fuerza, consiguió enjaular el balón para poner el 2-1 y rubricar la remontada.
El Amorebieta no quiso conformarse con el resultado en contra. Y tuvo en los minutos finales alguna ocasión para intentar rascar un punto, como un cabezazo de Orozko a las manos de Mariño. La última, en el quinto minuto de alargue, con un zurriagazo de Seguin desde la frontal que salvó Mariño con una gran parada que sirvió para certificar la primera victoria liguera rojiblanca en El Molinón en más de tres meses.