El equipo rojiblanco debuta esta tarde ante el Burgos con la presencia de su público por primera vez desde hace año y medio
Dice Tolstoi en Anna Karenina que «todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera«. Lo grande del sportinguismo es que no necesita ser dichoso para ser feliz. La vuelta al templo, envuelto en un ensordecedor vacío desde que la pandemia arrasó nuestra vida, y por ende el fútbol, es la medicina que cura casi todos los males de esa Mareona ansiosa por volver a cantar los goles de su equipo. Aunque el maldito virus solo permita unas 10.000 personas en las gradas.
Vuelve el fútbol. Y lo hace con la resaca de un mal final de liga, ese que le arrebató a Gallego y a sus hombres el ansiado play-off. Cuarenta jornadas entre los seis primeros no fueron suficientes. Tampoco los 22 goles de Uros Djurdjevic. El precio pagado por los rojiblancos fue cruel. Dicen que el dolor curte y que lo no mata te hace más fuerte. Esperanza ésta que recorre el deseo del aficionado. No parece infundada, eso sí. Los chavales de Mareo, esos que siempre sacan las castañas del fuego al club cuando el hambre aprieta y crecen las telarañas en la cuenta bancaria de un club condenado a vivir siempre con lo puesto, han crecido bajo el manto de Gallego, un hombre de cantera. Los Guille Rosas, Pedro, Gragera o Gaspar Campos son esta temporada un año más maduros. Más hechos. Durante la 20-21 disfrutaron de minutos sin la presión de una grada siempre exigente con los suyos. A partir de hoy se les exigirá más. Es la hora de dejar de ser promesas y convertirse en realidades.
No estarán solos. Si el mercado estival del año pasado fue tranquilo, durante el presente Rico ha estado ocupado. Se ha ido un puntal del equipo, Manu, dirección a Vitoria, acogido a una cláusula que permitía su escape a un Primera. En su lugar ha llegado Fran Villalba, un mediapunta clásico que estuvo a punto de recalar en Gijón cuando Baraja aún comandaba la nave rojiblanca. La defensa, gran baluarte del buen año del club, también ha recibido un refuerzo de presente y, quién sabe, tal vez futuro. Berrocal, uno de los centrales revelación en el Mirandés durante la pasada temporada junto a Vivian, llega cedido desde Sevilla apuntalando la línea defensiva. La marcha de Saúl también exigía un recambio que luche con Pablo, esa promesa que merece más minutos de los disfrutados hasta la fecha. El elegido fue Kravets, zurdo ucraniano de potente zancada y con fama de tener un guante en su pierna izquierda. Un jugador que Gallego espera aprovechar para convertir el costado zurdo en una autopista hacia el cielo con la ayuda del Puma Rodríguez. El panameño, internacional absoluto desde el mundial de Rusia, comparte destinos pasados con Kravets. Ambos jugaron con la elástica del Lugo, equipo amigo, aunque en distintos momentos de su carrera. El último refuerzo, al menos hasta que se concrete alguna salida más, es el regreso del hijo pródigo. Cristian Rivera, mediocentro forjado en los campos de Mareo, acabó saliendo por la puerta de atrás hace años. El interés del Atlético y la negativa sportinguista a dejarle escapar, acabó de la peor manera posible para el club: con el jugador vistiendo el azulón del máximo rival, el Real Oviedo. Eibar, Barça B, Huesca, Leganés, Girona y Las Palmas completan la ristra de equipos en los que ha jugado este trotamundos del fútbol de tan solo 24 años.
El rival
Si bien los resultados en los partidos de pretemporada son una de las grandes mentiras del fútbol, no llega el club castellano en un momento dulce. Dos goles en seis partidos son la expresión de un equipo que parece llegar a El Molinón con la pólvora mojada. No haría bien el Sporting en dejarse llevar por las apariencias. La decepción del curso pasado no llegó a manos de los grandes de la categoría, sino de los partidos contra esos equipos que, en principio, parecían más asequibles. La confianza, convertida en indolencia, es una de las mayores amenazas para el ansiado regreso a Primera.
El actual rival de los rojiblancos es heredero directo de aquel Burgos CF que jugó en Primera división en los años 70. Sin embargo, las dificultades económicas supusieron una sentencia de muerte para el club en 1983. Dos años después el equipo se refunda, pero no es hasta una década más tarde, en 1994, cuando el Burgos CF vuelve a competir.
Homenaje olímpico
No sólo recibirá aplausos el Sporting a lo largo de la tarde de hoy. Saúl Craviotto, Raúl Entrerríos y María López recibirán un merecido homenaje en los instantes previos al arranque del partido. De esta forma los aficionados podrán mostrar su respeto y admiración hacia los tres deportistas gijonudos.
Posibles alineaciones
SPORTING – Mariño, Rosas, Babin, Valiente, Kravets, Gragera, Pedro, Aitor, Gaspar Campos, Villalba, Djurdjevic
BURGOS – Alfonso Herrero, Raúl Navarro, Córdoba, Greco Sierra, Matos, Valcarce, Andy Rodriguez, Miki Muñoz, Saúl Berjón, Juanma y Guillermo.
Estadio: El Molinón – Enrique Castro ‘Quini’.
Hora: 17.00.
Tv: LaLiga.
Por A. Damián Fernández
Por si no envié el anterior, vuelvo a decirlo está claro que lo haces genial, más que genial , espectacular