Dispuestos a tomar los alrededores de la plaza de El Bibio en la tarde del 15 de agosto, los colectivos ANADEL y ASTAS ultiman los preparativos de sus respectivas concentraciones
La llegada del nuevo mes ha desviado todas las miradas de Gijón, tanto en la esfera política como a pie de calle, hacia una fecha concreta del calendario estival: el 15 de agosto. Martes, para más señas. Esa tarde, si el estado de la plaza de El Bibio lo permite, el gobierno del Principado no obra en contra y, en definitiva, no se produce un imponderable crítico, la ciudad vivirá el que será su primer espectáculo taurinos en casi tres años. El mismo que, con las faenas de los diestros Pablo Hermoso de Mendoza, Diego Urdiales y Manuel Román como cabezas de cartel, servirá de pistoletazo de salida a la Feria de Begoña. Y también el que mantiene polarizada a la sociedad gijonesa en particular, y a la asturiana en general, entre quienes apoyan dicho regreso por considerarlo un motor económico poderoso y una expresión cultural tradicional patria, y aquellos que lo censuran, al entenderlo como una forma innecesaria de maltrato animal, una exaltación de la violencia y, por efecto arrastre, un impulso para otras muestras de discriminación. Armados con sus respectivas baterías de argumentos, y decididos a tomar los alrededores del coso para hacer valer sus voces, tanto los ‘antitaurinos’, encabezados por la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (ANADEL), como los ‘taurófilos’, a los que da voz la plataforma Activistas Taurófilos de Asturias (ASTAS), llaman ya a sus respectivos seguidores a las calles en la que será una jornada que, muy probablemente, ninguno de ellos olvidará.
Elena López (ANADEL): «Los toros no son sólo maltrato animal; también son racismo, machismo, homofobia y discriminación»
Para la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (ANADEL), al igual que para su presidenta en Asturias, Elena López, las manifestaciones frente a la plaza gijonesa para mostrar su rechazo a las corridas de toros parecían ser cosa del pasado, relegadas al cajón de los recuerdos de un ayer, a su juicio, trágico y vergonzoso al mismo tiempo. Satisfechos de aquella victoria lograda durante el mandato de la socialista Ana González, pocos presagiaron que un regreso de Foro y de Carmen Moriyón a la alcaldía forzaría la vuelta a la lucha reivindicativa. «Nos quedamos sorprendidos, pues los informes técnicos acreditan que el recinto no cumple las condiciones, pero también porque la sociedad asturiana está totalmente en contra del disfrute masacrando a un animal hasta la muerte», reflexiona López. Será ella quien el 15 de agosto, a las 16.30 horas, encabezará la marcha que partirá desde la plaza de San Miguel, y que concluirá en el flanco del coso, junto a las cocheras, un cambio de ubicación motivado por la prudencia ante el anuncio de que sus oponentes ‘protaurinos’ se concentren frente a la Puerta Grande. Las previsiones oscilan entre un millar y 1.500 asistentes. Eso, como mínimo.
Si bien es ANADEL la que concentra el grueso de la atención, no es la única organización detrás de la convocatoria de la manifestación. Sus miembros coordinan las aportaciones y presencias de un sinfín de entidades, directamente ligadas o no con la defensa de los animales, que se han decidido a brindar su grano de arena. «No somos sólo nosotros, y estamos obteniendo mucho apoyo», agradece la presidenta. Ese día sus mantras serán la paz y el rechazo a cualquier tipo de enfrentamiento, cierto, aunque «sin dar ni un paso atrás». Por descontado, la motivación en sus filas es alta. «El movimiento antitaurino cada vez es más amplio; a la vista está que, en estos años, no ha habido ni una sola manifestación a favor de que volvieran las corridas, y ni siquiera los periódicos mantienen una sección taurina. Es algo que ya no interesa, y que está yendo a menos».
Pero la cruzada de ANADEL está lejos de ser el el fruto de un arrebato puntual. Desde que, hace meses, se insinuase por primera vez la vuelta de los espectáculos taurinos a la ciudad, sus integrantes han realizado un profundo y constante trabajo de investigación y planificación, estudiando informes y normativas, analizando grados de afección y desafección, preguntando, consultando y, a la postre, decidiendo. Una labor pormenorizada, casi científica, que les ha dado munición con la que defender su idea de que «los toros no son sólo maltrato animal; también son racismo, machismo, homofobia y discriminación». Para López, pruebas de ello son los nombres ‘Feminista’ y ‘Nigeriano’, con los que se bautizaron a dos de los últimos toros muertos en El Bibio en 2021. O el que, en 2019, la Empresa Municipal de Transporte Urbano (EMTUSA) rechazase un anuncio de ANADEL en sus autobuses por considerarlo «demasiado explícito». Sin contar las declaraciones hechas en 2015 por el empresario taurino Carlos Zúñiga, quien, ante la acusación de que lo sangriento de las corridas podía herir sensibilidades infantiles, alegó que «las fiestas del Orgullo Gay sí que hacen daño a la vista de los niños».
Ahora, la esperanza de López es que, antes o después, las dudas acerca del estado del coso lleven al Principado a tomar cartas en el asunto, y a paralizar la consecución de la Feria de Begoña. A ese respecto, ANADEL ha presentado varias denuncias ante los organismos pertinentes, y ha reclamado reiteradamente el supuesto informe municipal que confirmaría la integridad del edificio, y que todavía no ha sido compartido con entidades y grupos políticos. Además, «Consejería de Presidencia sigue sin haber autorizado la reapertura de la plaza, así que entendemos que lo que el Ayuntamiento está haciendo es ilegal, y tiene que pararse. Si no, ¿qué mensaje estaría mandando el Principado? ¿Que los políticos pueden disponer de dinero público para tu propio chiringuito e incumplir los mandatos y las leyes? De hacerlo, no estarían representando a la sociedad asturiana».
Fernando Fernández-Guerra (ASTAS): «Es una fiesta de muerte pero, a la vez, altamente civilizada, legalizada y que concentra valor, técnica y arte»
Al otro lado de la ‘tierra de nadie’ de la polémica, desde la trinchera de quienes defienden a capa y espada, y nunca mejor dicho, la pervivencia de la actividad taurina, Fernando Fernández-Guerra, presidente de Activistas Taurófilos de Asturias (ASTAS) desde su fundación en 2021, también tiene definida la estrategia a seguir. Su alcance, eso sí, va más allá del de ANADEL; no sólo el 15, sino todos los días hasta que la Feria concluya el 18 de agosto, quienes comparten sus postulados se concentrarán ante la Puerta Grande del coso a las 17.30, bajo el lema ‘Gijón, toros y libertad’, para mostrar su apoyo incondicional a un hecho, el regreso de las corridas a El Bibio, que es, en esencia, «un ejercicio de libertad, de rebeldía ante lo políticamente correcto, contracultural y que trasciende el puro espectáculo visual, para convertirse en un acto telúrico». Todo ello se complementará cada una de esas jornadas, a partir de las 12.30 horas, con una serie de tertulias taurinas en el Eban’s Gastrobar, sito en la calle Pablo Iglesias. Y Fernández-Guerra, al igual que Elena López, confía en que la participación a todas esas propuestas sea multitudinaria.
«Es una fiesta de muerte pero, a la vez, altamente civilizada, perfectamente legalizada, con un reglamento muy estricto, donde se concentran el valor, la técnica y el arte; sin las tres, no hay fiesta», defiende este escritor, crítico taurino y amante de dicha práctica, convencido a pies juntillas de que la fiesta en cuestión «tiene una gran verdad: la muerte del animal bello, poderoso y fiero, que existe y es cierta». Pero, aunque convencido de lo cierto e irrefutable de tales argumentos, Fernández-Guerra tiene claro que sus razones en favor de esa práctica, como las de la propia ASTAS, van mucho más allá de lo que el Ayuntamiento ha expresado en estas semanas. «Huimos de los planteamientos casposos de que los toros son muy buenos porque son una tradición y traen dinero a Gijón; no queremos convertir la fiesta de los toros en un acto mercantilista. Todo el dinero que se llevan los empresarios es para fuera de Asturias, y hay tradiciones que no soportan buena revisión histórica, como la pena de muerte». No así la tauromaquia, algo «arraigado en lo más profundo del alma española, como la iglesia o el ejército».
Crítico con quienes cargan contra los toros, Fernández-Guerra cree que el error radica, en buena medida, en el afán de analizar la realidad del animal en la plaza a través del prisma de las emociones humanas. «Cuando una chica es violada, además del daño físico y traumático, el peor daño es el moral. Eso no se lo podemos transmitir al animal. Sólo podemos transmitirle el supuesto dolor; lo demás cae fuera. De modo que los valores del torero, que son la valentía, el estudio, el entrenamiento o el esfuerzo, son cualidades positivas. Y luego está la belleza estética… Lo que se pone sobre el tapete es la vida del torero; eso es lo que conmueve», plantea. Ahora bien, aunque comprometido con el «activismo taurino beligerante», el presidente de ASTAS se desmarca de cualquier tipo de conexión con fuerza política alguna. «La sangre siempre es roja, y la arena amarilla, los colores de nuestra bandera. Y los que odian la fiesta odian nuestra enseña nacional; la usan quienes quieren disolver el carácter español. Por eso están en contra de la Bendición de las Aguas, pero se preocupan poco de si esas aguas están contaminadas; se preocupan de que el ejército no exista, pero quieren vivir en paz. No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos».
En las filas de esta plataforma no hay miedo a que la presencia de ANADEL y otros colectivos ‘antitaurinos’ en las inmediaciones de El Bibio pueda propiciar actos violentos. «Nosotros, como somos ‘toreros’, tenemos vergüenza torera y el valor se nos supone, son gajes del oficio, aunque jamás nos hemos enfrentado a esas manifestaciones. Nunca saldrá de los taurinos el inicio de una agresión», sentencia, categórico. Más aún, Fernández-Guerra tiene claro que es su contraparte, «los que dicen hablar en nombre de la democracia y defender a los animales, pero que son capaces de agredir a los seres humanos», la que podría alzarse en posible instigadora de un conflicto, llegado el caso. «Cuando dicen ‘Toreros y taurinos, todos asesinos’, me están injuriando, lo que es un delito; por muchos animales que una persona mate, no comete homicidio, ni asesinato. Pasaremos por la vergüenza de ver cómo personas que se dicen humanas atemorizan a seres humanos en defensa de unos supuestos animales; son esos ‘perroflautas’ que llevan a un perro atado con un cordel de mala manera. Los mismo que defienden al lobo mientras las ovejas y vacas que mata son de otros, que cobran tarde, mal y nunca. Son ecologistas de parqué y de despacho».
Las declaraciones de Fernando Fernández-Guerra me han dejado anonadado, pensaba que estaba leyendo un artículo paródico de El Mundo Today.