Un millar de personas participaron en la manifestación antitaurina que reunió a más de 70 colectivos y tuvo algún momento de tiranteces e insultos con los asistentes a la primera jornada de la Feria de Begoña
Ayer saltaron chispas en El Bibio. Más concretamente, a escasos metros de la entrada al coso gijonés desde el parque de Cocheras. Este lugar se convirtió la tarde del jueves en punto de encuentro entre el millar de participantes en la manifestación contraria a la celebración de espectáculos taurinos en Gijón y aquellos que fueron a disfrutar de la primera tarde de corridas en el coso de la ciudad por la Feria de Begoña. Según datos policiales, cerca de 4.900 personas se reunieron en torno al ruedo de Gijón.
A la jornada no le faltaron escenas tensas como los gritos de «vergüenza» o «asesinos» de los antitaurinos para recibir al público aficionado al toro, pero tampoco provocaciones por parte del otro ‘bando’ con peinetas, irónicos besos al aire, brindis o imitaciones a un torero sorteando embestidas. Sin embargo y más allá del nerviosismo de una manifestante que intentó sobrepasar el cordón policial establecido por los agentes -y que después sería separada de la comitiva e identificada por la Policía Nacional-, la marcha se saldó sin incidentes de mayor relevancia.
Las 1.200 personas en las que fuentes policiales cifran la protesta (1.700 según la plataforma convocante Asturies Antitaurina) comenzaron la marcha desde la Plazuela San Miguel, desde donde recorrieron la calle Marqués de Casa Valdés, Emilio Tuya y avenida Castilla hasta llegar a las inmediaciones de El Bibio. Desde los inicios se escucharon las proclamas que protagonizaron la tarde como “la tortura no es arte ni es cultura”, «Moriyón, despierta, esta no es tu fiesta», “Asturies ye antitaurina”, “esta plaza la vamos a cerrar”, «aquí estamos, nosotros no matamos» o «tauromaquia, abolición».
A su paso por la calle las reacciones de los transeúntes se iban repartiendo entre aplausos de apoyo o reyertas de menor relevancia, excepto el momento en el que una persona comenzó a tirar huevos desde la quinta planta de un edificio en La Arena que impactaron a un par de manifestantes. Entre ellos, el escritor y periodista Inaciu Galán, quien minutos después afirmó que denunciará los hechos al sufrir contusiones en la cabeza.
Él mismo fue el encargado de leer el manifiesto con el que concluyó la manifestación y en el que explicó que «la abolición de los toros» se trata de una reivindicación histórica para los gijoneses.«Asturies y Xixón lleva más de un siglo diciendo no a la tortura animal y cada año somos más los que nos reunimos en esta plaza», arrancó. Galán continuó su discurso recordando que «esta ciudad ya logró poner coto a los toros» en una ocasión pero «después de la llegada de Moriyón al Ayuntamiento, una de las primeras medidas fue recuperarlos». Una explicación que logró desatar gritos de “Moriyón dimisión” entre los allí reunidos. «Que se use un edificio público para torturar hasta la muerte a un animal. ¿Cómo va a ser esto una fiesta?», preguntó retórico el periodista.
También se pronunciaron sobre la preservación de los toros en la Semana Grande los dos grupos políticos con presencia en la Corporación gijonesa, Izquierda Unida y Podemos. La edil de IU, Noelia Ordieres, criticó la defensa del actual Gobierno local de mantener El Bibio en activo para corridas toros e “incluso la intención de ampliar los días” que dura la Feria. “Manifiestan que hay un arraigo cultural con los toros en la ciudad, algo que no es real porque cada año vemos cómo la plaza se queda a medias en asistentes y cómo viene mucha gente de fuera”.
Olaya Suárez, portavoz del grupo local de Podemos, recordó que las protestas antitaurinas «llevan décadas» pidiendo la abolición de «esta abominación que algunos disfrazan de cultura». La formación morada pide tratar el asunto con una consulta ciudadana para este y otros asuntos importantes para la ciudadanía «como el modelo de fiestas». Suárez admite que no cuentan con que el actual Ejecutivo valore la medida, pero afea que «lo que podían hacer era dejar de sacar a licitación el contrato de la plaza de toros para corridas y ya está; ya se hizo en el mandato anterior y puede volver a hacerse». La concejala también recordó que a pesar de que Carmen Moriyón explicara que «no le gustan los toros», la Regidora fue vista en alguna ocasión como parte del público en El Bibio: «Vemos que está a gusto en ese ambiente».
Desde Asturies Antitaurina celebraron la respuesta de la gente y los datos de participación ya que «el apoyo social es lo más importante para tumbar la consideración que permite regular los espectáculos taurinos». Su portavoz Fernanda Blanco afirma que uno de los próximos objetivos en su hoja de ruta pasa por intentar establecer conversaciones con la Alcaldesa, «aunque sabemos que no nos va a recibir». Aún así, Blanco considera que resulta necesario explicarle «que cada vez somos más y que habría que darnos voz también». El manifiesto de la tarde reivindicativa se cerró con el lema que resume la causa: “Asturies ye antitaurina”.