¿Flexibilizar la normativa de terrazas puede ser la solución para hosteleros y clientes? Terrazas más resguardadas durante el invierno pueden motivar ciudadanos más seguros y hosteleros con mayor viabilidad
Se acerca el invierno a nuestra ciudad, y las terrazas peligran. Sobre todo por una ley elemental, la de las temperaturas más bajas y el mal tiempo. En tiempo de pandemia, las terrazas son sinónimo de mayor seguridad sanitaria. Esta mañana, Foro Gijón anunció su propuesta en el ayuntamiento, en boca de su portavoz Jesús Martínez:
«Facilitar la instalación de un tercer lado cerrado con mampara o las medidas que consideren los técnicos para hacer más acogedor y resguardado el espacio que ocupa la terraza«
Ese tercer lado sería un salto de confort, ya que ahora solo se permiten dos. Piden que se flexibilice la ordenanza municipal, que impide actualmente la instalación de «estructuras ligeras, pérgolas, cubiertas o similares, así como el cerramiento exterior de las mismas».
«Que nos dejen trabajar»
Los gijoneses, sobre todo los más veteranos, tienen visibles reparos a entrar dentro de los locales. Así nos lo confirma el propietario del Bariloche, histórica cafetería del Parchís. «Ha caído el 80% de los clientes de más edad por las tardes, cuando solían venir», nos cuenta Pepe Abad.
A Abad le parece «muy positiva» la propuesta de flexibilizar la ordenanza de terrazas. En su caso, le gustaría un mayor margen de acción con los elementos no móviles, que actualmente tienen prohibido colocar en el Parchís.
En la Marisquería Poniente también notan ese miedo de los clientes al interior. Su encargado, Avelino Rodríguez, afirma que, por la situación, hay clientes que «ya no quieren pasar dentro», y respecto a la propuesta y en todo lo relacionado al poder político, lo resume de forma clara: «Que nos dejen trabajar». Reflejo de unos empresarios que en muchos casos están económicamente y personalmente asfixiados.
Me parece bien que se piense en los empresarios y en quienes les gusta tomar algo al aire libre, pero también deberían pensar en quienes nos gusta pasear por las calles de Gijón y últimamente cada vez lo tenemos más difícil, debido al escaso espacio que queda libre en las aceras para pasar, sobre todo cuando las terrazas están llenas de personas sin mascarilla porque tienen la excusa de estar consumiendo.