La decisión se topa con las oposiciones de IU y Podemos, que ven en ella una forma de «hacer caja con la salud»; el PSOE vota a favor, convencido de que la permuta de los terrenos con los que facilitarán la ampliación de Cabueñes dotará a la ciudad de «un hospital público puntero»

A ojos de un profano, lo sucedido esta mañana en el Ayuntamiento de Gijón podría pasar por algo menor; por una sesión plenaria más, pese a su carácter extraordinario, mucho más breve que la ordinaria celebrada este mismo miércoles, con un orden del día notablemente más escueto. Sin embargo, basta con prestar un poco más de atención para captar la trascendencia que lo debatido y, en último término, aprobado hoy reviste para la ciudad. En apenas treinta minutos de Pleno el Gobierno, Vox y, tal como ya había anunciado en las semanas previas, el PSOE unían votos para autorizar la modificación puntual del Plan General de Ordenación (PGO) que, en la práctica, hará posible la construcción del futuro hospital privado del Grupo Quirón en Nuevo Gijón, con una inversión próxima a los cincuenta millones de euros, y con la perspectiva de generar hasta trescientos puestos de trabajo en sus instalaciones. Una maniobra duramente contestada por Izquierda Unida (IU) y Podemos, únicas fuerzas opuestas a ella, que ven en la llegada de la empresa sanitaria una forma de contribuir a la «mercantilización» del derecho a la salud, y una amenaza flagrante contra el sistema sanitario público.
De justicia es decir que no ha sido único punto abordado. También ha salido adelante, con la sola oposición de los socialistas, una segunda modificación puntual del PGO, referente en este caso a la posible ampliación de la edificabilidad de los equipamientos públicos o asimilados, algo que despeja el camino a proyectos como la residencia para estudiantes de la Universidad de Oviedo, o la construcción de 250 nuevos pisos sociales para jóvenes en el antiguo solar de Peritos. Sin embargo, y como era presumible, ha sido ‘Quirón’ el nombre que ha centralizado el debate, con tres posturas claramente diferenciadas: la satisfacción mostrada por el Gobierno y por Vox, la resignación en la voz del PSOE, y la decepción en los discursos de IU y Podemos. De hecho, fue la portavoz de este último partido, Olaya Suárez, la primera en tomar la palabra para explicar el sentido de su voto. Convencida de que el resultado no sirve más que para «terminar de acomodar la llegada de los vampiros de la sanidad pública», la edil alertó de que la llegada de Quirón «poner en jaque la calidad de la sanidad y la educación públicas, con la competencia desleal que ejercen las empresas que quieren extraer beneficios», y volvió a calificar de «chantaje» la permuta de estos terrenos por aquellos en los que, en un futuro, se ejecutará la ampliación del Hospital de Cabueñes».
El duro tono de Suárez fue aderezado por el líder de IU, Javier Suárez Llana, visiblemente indignado tras haber asistido, según sus palabras, a «una nueva entrega de lo que mejor se le da a este Gobierno: convertir suelo público en negocio privado». Ejemplos como la «cesión del edificio histórico en Cimavilla para construir un hotel de cinco estrellas», o las seis parcelas de suelo público » malvendidas a precio de saldo a constructoras para que edifiquen y vendan en plena crisis de la vivienda», confirman esa tendencia, reforzada ahora con la llegada de dos empresas, el Grupo Quirón y la Universidad Europea, que «nada aportan», y que, particularmente en el cao de la primera, «ponen precio a que una persona enferma deje de estarlo; a eso vienen, a hacer caja con la enfermedad de la gente, en connivencia con el Ayuntamiento y ante la impasibilidad del Principado». De hecho, Suárez Llana elevó aún más la virulencia de su alegato al sacar a colación la palabra ‘especulación’, como «en el Madrid de Isabel Díaz Ayuso, convertida en un Monopoly en el que todo es mercantilizable». Y finalizó afeando a Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón y médica de profesión, que «no se haya inhibido de este proceso».
«Quirón traerá empleo, inversión y actividad económica, aunque a largo plazo no va a servir para mejorar la vida de la mayoría de los gijoneses»
Constantino Vaquero, concejal del PSOE
Y… Hasta ahí las palabras opuestas al resultado de la votación, por la que los socios del Ejecutivo local no tardaron en felicitarse. El portavoz municipal y concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, celebró que «Gijón lidera en captación de inversiones hoy más que nunca», y recordó que la modificación del PGO aprobada «va a permitir que las obras del Hospital de Cabueñes puedan realizarse, y que pueda llevarse a cabo la construcción de un puntero hospital privado». Desde la bancada del PP, la vicealcaldesa de la urbe y edil de Economía, Empleo, Turismo e Innovación, Ángela Pumariega, reflexionó sobre el «valor añadido» que Quirón supondrá para Nuevo Gijón, por no hablar de la «mejora de la oferta sanitaria, complementando al sistema público de salud», cuestiones todas a las que se refirió antes de afear a la izquierda que «no aporta soluciones». Y también satisfecha se mostró la líder de Vox, Sara Álvarez Rouco, para quien el futuro centro privado «abrirá un nuevo horizonte en relación a las prestaciones sanitaria, dinamizará la economía local y regional y, encima, va a crear empleo; nos resulta incomprensible que todavía haya partidos incapaces de entenderlo».
Quien, según parece, sí ha entendido una parte de las implicaciones del resultado de la votación es el PSOE, aunque su postura le haya dejado en una situación incómoda ante las otras dos fuerzas de izquierdas. De explicar el por qué de su apoyo se encargaba Constantino Vaquero; y su blanco no fue otro que el orgullo mostrado por la coalición de Gobierno cuando, a juicio del edil socialista, «ustedes no lideran nada, sino que están haciendo política con un proyecto, el de la ampliación de Cabueñes, que es de ciudad y que no es mérito suyo». Y es que Vaquero rescató del baúl de los recuerdos que, en 2019, cuando los socialistas recuperaron la alcaldía de Gijón, «encontramos una licencia para construir un hospital privado en las fincas anejas a Cabueñes, pese a saber que había un plan director y otro funcional» para la ampliación del centro público. Dicha licencia forzó la realización de la permuta, ya que «una expropiación habría dado pie a procesos judiciales interminables». De ahí que, siempre a tenor del testimonio de Vaquero, el Quirón «traerá empleo, inversión y actividad económica, aunque a largo plazo no va a servir para mejorar la vida de la mayoría de los gijoneses». Cosa que, en cambio, sí logrará el Hospital de Cabueñes, una vez se materialice su ampliación. Y esa ha sido la razón del voto positivo del PSOE: que, aun cediendo ante Quirón, «esta ciudad tenga un hospital público mejor, a la vanguardia y que pueda afrontar los retos del futuro con garantías».