«Tenemos que situarnos en el barrio del Cerillero, antes Calzada Alta. Allí al lado del edificio de Cristasa, en uno de los bares de la zona, nace la peña “Todes en Suelu” nombre de lo más acertado, precisamente porque sus miembros mataban el tiempo lanzando tejos para darle a la “llave”»
Para contar la historia de nuestros amigos de hoy, tenemos que remontarnos a los años cincuenta del siglo pasado. Suena de vértigo ¡verdad!`¿Y si hablamos del juego de la llave? Habrá mucho lector que no sepa a qué nos estamos refiriendo. Pero seguramente que a otros tantos este juego, ya denominado tradicional, le traerá buenísimos recuerdos al vislumbrar la cruceta clavada en el suelo a la que hay que apuntar con precisión para intentar darle con unos tejos de hierro.
Metidos ya en harina, ahora tenemos que situarnos en el barrio del Cerillero, antes Calzada Alta. Allí al lado del edificio de Cristasa, en uno de los bares de la zona, nace la peña “Todes en Suelu” nombre de lo más acertado, precisamente porque sus miembros mataban el tiempo lanzando tejos para darle a la “llave”. Pero con el paso del tiempo, esos jóvenes necesitan algo más que un juego y es entonces cuando se funda la asociación protagonista de estas líneas, la Tertulia Miau. A partir de ese momento, el barrio más alejado del centro de la ciudad, comienza a tener sus propias verbenas, los Festivales del Cerillero, que cuentan incluso con carteles de excepción, realizados todos por uno de los socios, Jaime Rionda, que a día de hoy sigue siéndolo con sus 93 años a las espaldas.
En el año 1964 toman como sede el bar El Capricho, también de la zona. Pero es en 1968 cuando deciden alquilar el local donde hoy continúan, en la Avenida Gran Capitan, esquina con Alonso de Quintanilla. Hace tres años, los cincuenta y cuatro socios de esta tertulia, deciden comprar el local y el anexo de él. Esta gran familia fue no solo creciendo en número. También lo hizo en actividades y por supuesto comidas. En sus inicios eran esporádicas y elaboradas por “el rizos”, como llamaban al que se ocupaba de la cocina y que fue culpable del apodo de la tertulia.
Cuando le preguntaban que había para comer, él contestaba “miau” porque hay que decir que en los años cincuenta y sesenta había hambre y como cuentan algunos de los socios “los gatos desaparecían en épocas navideñas y fiestas importantes”. Además de comidas y cenas, los campeonatos de fútbol playa, las excursiones, acompañados por supuesto de mujeres y familiares, la solidaridad forma parte de sus objetivos. Cada año entregan un donativo a alguna familia del barrio que vean necesitada porque su lema es “camaradería, unión, ayuda y convivencia”.
Entre sus socios más destacados recuerdan a uno de sus grandes benefactores, el fallecido empresario José Fernández, presidente del Sporting y su mayor accionista hasta que fue comprado por Orlegi Sports. No se olvidan tampoco de señalar al exjugador central y presidente de los veteranos del equipo local, Armando Medina y a Jorge Castro, hijo del mítico “Brujo”, Enrique Castro “Quini”. Como regalo de Navidad, nos hacen llegar la última imagen de las Tertulia Miau que tuvo lugar este sábado en el restaurante Savannah.