Los vecinos de El Muselín celebran que ya nadie intente derribar su barrio, mientras que la movilización por el vial de Jove pasó a vía muerta tras la exigua participación ciudadana en la única protesta pública de hace más de un año. Mientras, crece con paso firme la sanidad privada, casi tanto como los privilegios de alguna dirigente que llegó a ‘cardar mucha lana’
Quién no ha ido alguna vez a la Feria a ‘pescar’ ese chollo, a adquirir la ganga de la que presumir ante propios y extraños alimentando esa capacidad de ver la luz en medio de un aluvión de variopintas ofertas. Un colador, una máquina de coser, unas hierbas aromáticas, un sartén que parece recién salido de la Nasa…en fin, la lista sería interminable. Lo importante es abrir el grifo de la imaginación. No es tanto lo que se compra o se vende. Lo relevante es convencerse de haber actuado, en la operación mercantil, como el más astuto de los banqueros. La Feria no deja de mostrarse como la vida misma, plena de verdades y de mentiras, de orgullos y vanidades, de riquezas y miserias, de luces y de sombras. En este zoco económico-político de la vera del Piles hay tiempo para todo, incluso para tratar de convencer a los incautos de que la Zalia, el gran destrozo de la parroquia de San Andrés de los Tacones, puede vender parcelas a alguna empresa, a la vez que les vaticina años de espera para sus buenos accesos y que su única fuente de alimentación lumínica serán las velas y los candiles. Claro que igual algún pardillo cae en la red (y no me refiero a la eléctrica) y se une a ese erial ecológico fundado a mayor gloria de quienes llevan lustros vendiendo y, sobre todo, viviendo de un futuro que nunca llega.
Ahora, también en la Feria, se da a entender que hay un listado de ‘grandes proyectos’ que tienen enorme interés en adquirir allí terrenos para su futura expansión. Tantas, que los gestores de la Zalia tendrán que seleccionar. Eso sí, a la vez se ratifica que, en el mejor de los casos, no habrá suministro eléctrico hasta dentro de tres o cuatro años. Vamos, una ganga. Si no fuera porque se trata de un asunto muy serio, con millones de euros tirados a la basura, daría para un serial de los históricos payasos de la tele. Credibilidad, ninguna. Se lo han ganado a pulso. Para eso, para situarse como primer foco de ubicación de grandes empresas, parece que ya se construyó el nuevo Musel. La galopante caída del tráfico de graneles sólidos (milagrosamente resucitada, según datos oficiales del propio puerto, en el primer semestre de este ejercicio), ha obligado a los responsables portuarios a dar entrada a otros ‘mercados’ para enfado de los vecinos circundantes con las dársenas del cabo Torres, y eso que se venden como ‘verdes’. Por ello, la nueva presidenta del puerto exterior inició una campaña de acercamiento a las entidades radicadas en la zona Oeste nada más firmar su nuevo contrato de trabajo. Doña Nieves quiso crear ese dique de contención ciudadana incluso antes de ponerle la proa al proyecto azul municipal en El Natahoyo, sin duda asesorada, al menos para lo primero, por sus mentores del PSOE local. Ya nadie habla, por ejemplo, de derribar El Muselín. ¿Se acuerdan cuando la administración local socialista se lo quiso llevar por delante con el argumento peregrino de que se podía venir abajo toda la ladera? Seguro que los vecinos no lo han olvidado. Ahora, en cambio, se promete diálogo y hasta dineros, y eso cierra muchas bocas. Con todo, no veo a doña Nieves como cabeza de lista del PSOE local en las próximas municipales. Ni yo, ni nadie. Ese terreno lo tiene abonado Carmen Moreno, máxime cuando en las filas afines al presidente Barbón, ayer de visita ferial, no se disimuló el agrado que produce la opción de la ex gerente de la Unión de Comerciantes para tales menesteres. Don Adrián se mostró más prudente y habló de ese honor para “alguien que sume a la marca”. El horno, en todo caso, aún está a medio gas y nadie descarta sorpresas del senado local de la calle de la Argandona.
Aún queda mucho por escribir, por lo que parece. Pero también esa otra feria, la portuaria, camina por derroteros diversos. Quienes iniciaron una cruzada por el asunto del vial de Jove y sus derivadas siguen emulando al famoso personaje del Llanero Solitario. Su encomiable pelea culminó con una exigua manifestación a la que se llamó al ‘todo Gijón’ y que apenas contó con setecientos participantes. El equivalente a los visitantes de la Feria de Muestras en menos de media hora matinal. Decepcionante. Como es obvio, ya no hubo ninguna otra convocatoria similar. Ante tal indiferencia popular, en el ministerio se frotan las manos y se funden los plomos. Lógico. Y hablando de asuntos marítimos varios, muchos de preguntan en qué quedaron las firmadas inversiones millonarias de los nuevos gestores del Acuario local. En el contrato suscrito el octubre de 2018 por 15 años, comprometían un gran pingüinario exterior de 2.000 metros cuadrados en la dársena, un nuevo recinto de nutrias, una remodelación del río Cantábrico…todo ello en cinco años. Vamos para siete y ni rastro. Nada extraño porque el anterior gestor hizo, digamos, demostradas tropelías en medio del pasotismo absoluto municipal. Recuerden que hasta llegó a criar peces para luego venderlos a otros acuarios, y todo a espaldas y con consentimiento de los responsables municipales. Así, cualquiera. Igual los nuevos gestores esperan por el desarrollo del Natahoyo Azul para cumplir con sus compromisos previos. De ser así, el margen, Pymar mediante, tiene pinta de que va para largo, para muy largo. Y es que la feria política, como la sanitaria, aunque sea privada, da para mucho. Tanto o más que la del futurista nuevo Hospital de Cabueñes, convertido en un esqueleto digno de programar visitas guiadas estivales. Y es que a Gijón viene Quirón (para disgusto de algunos) y crece el Covadonga con sus nuevos socios. Incluso hay quien habla de que el Hospital de Begoña, tras el frustrado recrecido, podría ampliarse al anexo edificio de Movistar, casi vacío desde hace años. En el ayuntamiento admitieron “rumores” a ese respecto.
Una cosa es segura: Habrá tiritas para todos. Incluso para la ex ministra de Sanidad y omnipresente en las decisiones del PSOE regional María Luisa Carcedo que, cuentan, no hace mucho tiempo, se saltó, para los presentes de manera obscena y sin rubor alguno, la cola en una sala de espera abarrotada del servicio de Traumatología del Hospital de Cabueñes. La dirigente socialista fue recibida en el exterior por una enfermera ante la atónita mirada de los pacientes que calentaban las sillas de la citada sala. Es el precio de la fama. Difícil pasar inadvertida. Lo cierto es que nadie la vio mirar para el número de la pantalla. Igual esperó en alguna sala vip o, apuntaba algún maledicente, se ‘merendó’ el protocolo del pueblo llano. ¿Privilegios? Quién sabe. La respuesta, como diría el Nobel y poeta Bob Dylan, está en el viento, o en ella misma o, quizás, en el propio hospital, o simplemente es una cuestión de galones.
Señor Presedo, enhorabuena, mil enhorabuenas. Sus artículos, si que aportan datos y cuestiones muy interesantes en relación a Gijón. Y están construidos con amenidad y concreción. Gran nivel. Bastantes locuaces articulistas deberían tomar su ejemplo. Pero claro, hay que poder y saber. Y no todos pueden ni saben.
Felicitación a MiGijón por el fichaje. Ya era hora de poder leer a alguien con conocimiento de causa en relación a Gijón, se esté o no de acuerdo con el señor Presedo. Yo, hay cosas que si, y cosas que no.
Pd: Impagable la referencia a María Luisa Carcedo.