Los vecinos aseguran que el establecimiento en cuestión es foco habitual de tensiones por altos niveles de ruido que se registran, aunque niegan que haya habido problemas de semejante envergadura anteriormente
Un nuevo hecho violento ha sacudida la, por regla general, tranquila y pacífica ciudad de Avilés. En la noche de este miércoles el bar Las Torres, ubicado en el número dieciséis de la calle La Magdalena, en el barrio homónimo, era escenario de un enfrentamiento en el que una persona resultaba herida en las piernas por impactos de bala. El establecimiento en cuestión permanece precintado, y la Policía Nacional está conduciendo la investigación.
Según han relatado a miGijón los vecinos de la zona, el suceso tuvo lugar poco antes de las once y media. Siendo como es una arteria estrecha, con numerosas viviendas en las inmediaciones (el mismo bar se halla en los bajo de un bloque de doce alturas habitables), a esa hora los lugareños escucharon en el interior del local entre cuatro y cinco disparos (por el momento, no existe concordancia en el número de detonaciones). Poco después aquellos que se asomaron a las ventanas vieron salir a cuatro individuos «que llevaban a un quinto, que no dejaba de quejarse de que le habían dado en las piernas». Los mismos testigos aseguran que las primeras patrullas policiales se personaron en apenas quince minutos. Algunos civiles llegaron a encontrar casquillos vacíos de calibre 9 milímetros, habitual en pistolas semiautomáticas y subfusiles; esas pruebas fueron requisadas por las autoridades.
Siempre a tenor del relato de los lugareños, el negocio en cuestión, coloquialmente llamado ‘Telepollo’ «por lo a menudo que paran patinetes allí», había sido asumido recientemente por una nueva gerencia, y acumulaba varias quejas de los residentes del inmueble por los altos niveles de ruido que se producían. Aun así, insisten en que «nunca había habido líos, ni historias extrañas, más allá de los escándalos. Otra cosa es lo que ocurra dentro, porque los que lo frecuentan forman una comunidad bastante cerrada, pero de puertas hacia fuera no es un establecimiento conflictivo». De ahí que los vecinos teoricen con la posibilidad de que se trate de una bronca ordinaria que se fue de las manos, o de un ajuste de cuentas por deudas pendientes.