Toca votar para Europa y los partidos mayoritarios, en su ánimo de continuar ejerciendo el poder en el gobierno de España o asaltarlo como sea, pretenden vender estas elecciones europeas en clave nacional
Por Luis Manuel Madiedo Hontañón, abogado y profesor
En España llegamos a la conclusión de que el proceso electoral es permanente.
Nada raro si tenemos en cuenta que de facto nuestro sistema político es confederal con una única salvedad, no existe un reconocimiento de la soberanía fuera del conjunto del pueblo español.
La vigente Constitución de 1978 como fruto de un momento histórico de búsqueda del consenso entre distintas sensibilidades y visiones de España, es una Constitución abierta salvo en su título preliminar, que invito a leer a todos los lectores de este artículo que no lo conozcan.
A partir de ahí todo es posible y teniendo en cuenta la permanente dependencia de los partidos mayoritarios, PSOE y PP, de los votos del nacionalismo centrífugo para alcanzar el gobierno de España, la evolución ha sido siempre hacia más fortalecimiento de las competencias autonómicas, especialmente del País Vasco y Cataluña a costa, claro está, de las competencias del Estado.
El resultado es que vivimos en la práctica en un estado confederal, salvo el requisito de la soberanía propia que hasta ahora está sirviendo de delgada línea roja para evitar la definitiva descomposición del Estado nacional.
En este escenario, cada autonomía, de las de primera, convoca las elecciones cuando mejor le convenga al gobierno de turno.
Hemos salido antes de ayer de procesos electorales en País Vasco y Cataluña, ambos con una influencia determinante en la estabilidad del actual gobierno nacional, y que por ello hemos tenido que soportar en su carga mediática y en su desgaste emocional todos los españoles y, sin solución de continuidad, ya estamos de nuevo en campaña electoral para las elecciones europeas del próximo 9 de junio.
En Europa cada vez se juegan más asuntos en relación a los intereses de los ciudadanos españoles.
La enumeración sería muy larga y como el espacio es limitado vamos a resumir; desde la política climática con todas sus repercusiones en relación a la sostenibilidad global, hasta el posicionamiento internacional en relación a conflictos como el de Palestina o Ucrania, pasando por la regulación de la Inteligencia Artificial y la posibilidad de monopolios conducentes a la distopía.
Toca votar para Europa y los partidos mayoritarios, en su ánimo de continuar ejerciendo el poder en el gobierno de España o asaltarlo como sea, pretenden vender estas elecciones europeas en clave nacional.
Lo que menos les importa es lo que nos jugamos los españoles en Europa, lo que les importa a ellos PP y PSOE, es seguir en el poder o alcanzarlo a cualquier precio.
Y entonces resulta que las elecciones europeas del 9 de junio son un plebiscito, un referéndum: Sánchez si Feijóo no, o lo contrario, Sánchez no Feijóo sí.
Todo ello al margen de lo que cada uno vaya a defender en Europa en relación a los problemas mencionados y a todas sus derivaciones, la más preocupante de ellas la polarización, cada día más obvia y evidente, de las posiciones de las elites políticas y su traslado al conjunto de la ciudadanía.
Seamos prácticos y votemos pensando en Europa, y al día de hoy la única posición que se enfrenta a la polaridad social, eficiente y solvente en la resolución de los problemas de la gente normal y corriente, es la del grupo Renovar Europa, cuya papeleta en España representa el Partido Ciudadanos.
El duelo Sánchez Feijóo no toca. Ahora toca Europa y siendo realista, lo más racional y con capacidad de dar respuestas empíricas a los problemas de la Unión Europea y en consecuencia de España es votar Renovar Europa, es votar liberal.