En el servicio municipal gijonés están convencidos de que, con la conversión de la antigua mina, se está dando «un paso firme en la diversificación y modernización de nuestro tejido productivo»

La Camocha pronto tendrá una nueva vida. Más sostenible, más moderna, más actualizada a los tiempos presentes… Mejor. Y es que el servicio Gijón Impulsa está culminando los pliegos para publicar este septiembre o, todo lo más, a principios de octubre, la licitación del estudio que analizará el espacio de los terrenos de la antigua mina, con la mirada puesta en su futura conversión en un nuevo polo empresarial de innovación, probablemente orientado a sectores como las energías limpias o la industria alimentaria. Un paso que requerirá el desembolso de alrededor de 30.000 euros, a tenor del presupuesto base de licitación, y que, desde el momento en que se adjudique, deberá haberse completado en no más de cuatro meses.
Desde el Consistorio gijonés se insiste en que el objetivo de dicho estudio es evaluar las superficies y elementos disponibles, detectar con precisión aquello que esté protegido y, sobre todo, contar con un análisis desde la óptica del desarrollo local para, en un futuro, cuando la situación legal lo permita, definir un proyecto para aprovechar ese suelo industrial. Con esos resultados en la mano, Impulsa pasará a una segunda fase, «de mayor profundidad», en la que se irán determinando aspectos más concretos, con la mirada puesta en especializar los lugares en una rama de actividad empresarial, aunque con un enfoque flexible. La convicción municipal es que obrar así genera espacios «más potentes, con mayor visibilidad y sinergias».
«El proyecto del parque empresarial de La Camocha es una pieza clave dentro del triángulo estratégico que conforman también la ampliación del Parque Científico y Tecnológico y el polo de innovación Naval Azul», destacaba esta misma semana la vicealcaldesa y concejala de Economía, Empleo, Turismo e Innovación, Ángela Pumariega. A su juicio, el paso que pronto se dará con la licitación del estudio constituirá una apuesta firme «en la diversificación y modernización de nuestro tejido productivo, generando nuevas oportunidades de empleo y atracción de inversión», concebida para hacer que Gijón sea, a la postre, una ciudad «más innovadora, más competitiva y más sostenible».