La parroquia gijonesa pone hoy el broche a sus fiestas en honor a Santa Ana con la entrega del bollo, el concurso de tiro de cuerda y una de las grandes novedades: la ‘Nochada’, organizada por los jóvenes del lugar como clausura
Ya lo dicen las escrituras sagradas de los cristianos, en referencia a la creación del mundo por la mano de su dios… «Y al séptimo día, descansó». Sin embargo, esa máxima, convertida en todo un refrán a lo largo y ancho del mundo, no aplica para Granda. Casi una semana después de iniciar sus fiestas en honor a Santa Ana, la parroquia gijonesa alcanza este lunes su séptima jornada folixera… Para ofrecer, además, una de las grandes novedades del programa de este año: el ‘Nocheo’, a cargo de los jóvenes del barrio. Un broche de altura para unas celebraciones eclécticas y bien acogidas que han dejado a los vecinos agotados, cierto, pero también satisfechos. Sobre todo, satisfechos.
Tras la misa por los difuntos que tuvo lugar a las 12 horas de esta mañana, la próxima cita será a las 19.30, momento en que, hasta las 21, se procederá a repartir el bollo y el vino a los miembros de la Asociación Vecinal. Entre medias, a las 20 horas, se disputará el campeonato de tiro de cuerda, en el que solteros y casados se enfrentarán en un duelo titánico para saber quién se lleva el gato (o la soga) al agua. En cuanto al aporte musical, empezará a sonar a las 20.30, de la mano de la charanga Ceda el Paso, todo un acompañamiento para la cena de confraternización que se servirá en la carpa, situada en La Carbayera. A partir de ahí, la juventud ocupará el protagonismo para, en lugar de una verbena de despedida, deleitar a todos los públicos con el ‘Nocheo‘, en el transcurso del cual ellos mismos pondrán la música… Y, por descontado, también la diversión.
Finalizarán así unas fiestas que han tenido a la parroquia vibrando desde el pasado martes, y que ayer vivieron su día grande con la XXVI Nueche Celta. Cientos de personas se dieron cita en La Carbayera para disfrutar de los acordes más tradicionales… Y, en especial, del invitado de lujo: el grupo irlandés Beeswing, que demostró sus habilidades compartiendo cartel con las formaciones autóctonos Trebeyu, Herbamora y Pandereteros d’Anguañu. Un entremés de altura para el Festival Arcu Atlántico que arrancará mañana martes en Campo Valdés. Geográficamente lejos de Granda, cierto… Pero conectado espiritualmente con la parroquia gracias a esa esencia celta común que ayer volvió a quedar patente.