Varias dotaciones de la Policía Nacional se desplegaron en el barrio gijonés para tratar de localizar a cierto hombre que, al parecer, deambulaba por la zona portando una de dichas armas… Que resultó ser una mera imitación decorativa del Savoy

Es fácil hacer un chascarrillo recurriendo a cierta típica frase, después de lo ocurrido ayer en Cimavilla… «Las armas las carga el Diablo». Incluso, según parece, cuando son inofensivas. Eso deben pensar aún a estas horas los vecinos que, a primera hora de la tarde de ayer viernes, alertaron a las autoridades de la presencia de un hombre que deambulaba por las calles del ‘barrio alto’ de Gijón vestido con un pantalón tipo ‘cargo’ y una camiseta negra, y que portaba en una mano lo que parecía ser una ametralladora. De inmediato, la Policía Nacional desplegó en la zona varias de sus unidades, y durante dos horas trataron de identificar al sujeto en cuestión… Hasta que, por fin, el misterio quedó resuelto: el ‘arma’ en cuestión no era sino una réplica inerte de un subfusil Thompson M1A1, imposible de ser utilizada con munición real, aunque muy similar al original.
El operativo policial comenzó alrededor de las cuatro y media, pero a la mayoría de los lugareños les sorprendió más la visión de los coches patrulla, que la posibilidad de que un individuo armado pululase por allí. Es más, desde el momento en que comenzó a circular de teléfono a teléfono cierta fotografía del ‘pistolero’ en cuestión empezaron a correr también mil y un comentarios y teorías, casi siempre en tono jocoso, que apuntaban a que la misteriosa ametralladora podría ser, en realidad, un bastón, una muleta o un soporte para cámaras de vídeo. Por fin, con los relojes marcando las seis y media de la tarde, los agentes recibieron la orden de replegarse, una vez esclarecido el suceso. Y es que, según ha podido saber miGijón, el artilugio habría pertenecido a la decoración del ya extinto bar Savoy, cuyo dueño, Javi Savoy, habría regalado a un amigo, que la estaría transportando a su domicilio privado como recuerdo. Un hecho que, este sábado, acapara buena parte de las conversaciones y bromas en Cimavilla.
No obstante, entre los habitantes del ‘barrio alto’ tampoco han faltado quienes lograron identificar el modelo de la supuesta ametralladora. Se trató de una réplica de un subfusil Thompson, apodado Tommy Gun, y célebre en las décadas de 1920 y 1930 por el extensivo uso que de él hicieron los gánsteres de Chicago y otros grupos criminales en la Norteamérica de la Prohibición; también las Fuerzas Armadas de Estados Unidos emplearon este instrumento, apodado ‘escoba de trincheras’, en sus conflictos de esos años, e incluso hubo Tommies que prestaron servicio en la Guerra Civil Española. No obstante, de haber sido real, el ejemplar portado por el hombre de Cimavilla correspondería por la forma a un modelo más moderno: el M1A1, una simplificación del Thompson original para abaratar costes y reducir tiempos de producción en los oscuros tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
En ese sentido, la legislación vigente detalla que la tenencia de un arma, real o simulada, en la vía pública, sin hallarse debidamente embalada, ni estar registrada a nombre de su portador, podría ser constitutivo de una falta administrativa, que se convertirá en delito si el uso que se hiciese de la pieza fuese intimidatorio.
El redactor de esta noticia no pisó el Savoy en la vida me parece a mí. No se cuáles serán sus fuentes pero son erróneas. Ya estáis tardando en rectificar esta noticia y pedir perdón, no solo a los dueños sino a todos los clientes que han pasado por este emblemático bar Gijonés a lo largo de los tiempos…
Bueno, pues me la envaino porque si que era una réplica de Tommy Gun que estaba en el Savoy. Yo ni me acordaba, así que mis disculpas…