La empresa asturiana se ha erigido en uno de los referentes en provisión del sector cárnico autonómico y nacional, aglutinando productos de cinco razas bovinas procedentes de cerca de 4.000 ganaderos
Dicen los eruditos que tras la justa combinación de esfuerzo, experiencia y buen hacer se encuentra el único secreto del éxito. De ser eso cierto, no cabe duda de que Trasacar ha asumido como propia dicha lección. Y es que, con más de treinta años de experiencia en su haber, la empresa asturiana, especializada en la provisión de carne de vacuno, se ha erigido en uno de los referentes del sector a escala autonómica y nacional, haciendo de la excelencia en la materia prima y del cuidado en su tratamiento, siempre con un máximo respeto por el medio ambiente, sus señas de identidad.
La apuesta de Trasacar es clara. Sus profesionales trabajan con carnes de vacuno mayor de razas lecheras procedentes del centro Europa; en concreto con cuatro especies: Frisona, ‘Simmental’, ‘Jersey’ y Roja Danesa. A ellas habría que sumar una quinta, esta vez procedente del otro lado del Atlántico: la ‘Black Angus’ americana, todo un nombre dentro del vacuno joven. Todo ello proviene de los más de 4.000 pequeños productores asociados con la asturiana, que cuentan, aproximadamente, con medio centenar de cabezas de ganado. Así es posible elegir sus mejores piezas, alimentadas con el mayor mimo desde su origen.
Estas vacas de leche, más allá de ser muy competitivas, con calidades muy altas y regulares en el tiempo, disponen de una genética especial, que les permite engordar con una dieta a base, por un lado, de cereales, que les aportan proteínas y energía, y, por otro, de pasto fresco, que les proporciona nutrientes y fibra. Una fórmula que tiene por bandera el respeto por el bienestar animal, y que hace posible conseguir una carne con una calidad excepcional y un alto grado de infiltración.
Sobre ese punto de partida, Trasacar defiende las maduraciones que no excedan los treinta días. Una norma que su gerente, Javier Trabadelo, defiende insistiendo en que aporta «un equilibrio de texturas, aromas y sobre todo sabor que gustan a la mayor parte de los consumidores, huyendo de maduraciones más largas que hagan que, desaparecido el ácido láctico de los músculos, estos comiencen a oxidarse, apareciendo esos sabores minerales reservados para gustos específicos».
Con todo ello, Trasacar ha logrado establecerse como un referente en el sector por la calidad y regularidad de sus productos, su trato a sus clientes y su responsabilidad medioambiental.