«En el Toma3 de Gijón tenemos nuestro público fiel y es muy gratificante haber dado ese paso de gigante, de ser los desconocidos a llenar cada vez que actuamos»
La familia Trivilorio impro o el cuarteto estelar formado por Noemí Miranda (Galicia), Ana Celia Álvarez (Argentina), Javier Vicario (Burgos) y Sara Villanueva (Cantabria) se han alineado para hacernos descubrir un género teatral fresco, divertido y novedoso. Aunque aún es un desconocido por muchos, hace las delicias de quienes tienen el gusto de poder disfrutarlos en directo. En esta ocasión he tenido el placer de entrevistar a dos de sus integrantes (Noemí y Javier) para que le cuenten a nuestros lectores de #miGijón cómo la impro engancha a quienes la consumen, genera adicción e incluso ha logrado generar amores en vivo y en directo.
¿Qué es impro?
Se trata de subir al escenario e ir creando sobre la marcha. La impro te permite adaptarte al ambiente que se crea en cada lugar. Sin premisa pero siendo conscientes de la técnica que aplicamos durante la improvisación. Nuestra base es el entrenamiento continuo. No es posible improvisar sin mucho entrenamiento previo.
¿Y qué es Trivilorio?
En Burgos hay dos palabras que no existen en el diccionario pero se usan mucho que son “trivilorio y estadibel”. Trivilorio es un lío, un jaleo de gente, y cómo en un principio éramos tres nos venía como anillo al dedo. Lo de ser cada uno de un lugar también define bien nuestro “trivilorio” personal.
¿Cuánto entrenan?
Dos o tres veces por semana, sesiones de 3 horas aprox.
¿La impro se enseña? ¿Formáis a las personas para que aprendan los códigos de impro?
Sí es uno de nuestros puntos fuertes. Por un lado está la formación explícita de impro y por otro lado la creatividad que generas en los entrenamientos. La impro es una herramienta para la vida. Mucha gente acude a nosotros para trabajar los bloqueos, el miedo escénico. En escena tienes que apostar con lo primero que te venga a la cabeza. Tenemos grupos de alumnos en Gijón y Oviedo de edades comprendidas entre 30 y 60 años.
¿Creeis que la impro tiene el lugar que merece en la escena teatral actual?
Es la gran maltratada, no se le da valor. Tenemos que hacerla muy visible para que surjan las contrataciones. Si los programadores no ven la impro previamente es complicado que la imaginen. Suele verse como un género menor. Muchas veces se desdibuja la idea de lo que es, muchos piensan que la impro es para fijar ideas para un guión y no tiene nada que ver con un espectáculo impro al uso.
¿Hay festivales específicos en otras comunidades?
En Madrid, Barcelona, Galicia, Granada, entre otras. Hay carteleras completas sólo de impro. En Brasil hay mundiales de esta corriente. Y un dato muy curioso, en Canadá tienen escuelas exclusivas de impro. Es una asignatura más en la escuela, como aquí las matemáticas.
¿En Asturias es fácil captar al público?
Al principio no fue fácil. Tuvimos que educar al público porque no estaba acostumbrado a este tipo de show. En la actualidad ya nos vienen a ver cuando se organizan eventos. En el Toma3 de Gijón tenemos nuestro público fiel y es muy gratificante haber dado ese paso de gigante, de ser los desconocidos a llenar cada vez que actuamos. También nos hace mucha gracia que parecemos la agencia matrimonial “L”a rápida” porque muchas parejas se han creado en nuestros espectáculos. Vienen a vernos y se enamoran durante el show.
Y vosotros como actores, ¿creeis que en la impro se nace o se hace?
Un poco de todo pero sí que requiere un entrenamiento. Como en cualquier otra disciplina escénica, puedes tener unas aptitudes muy buenas, pero si no entrenas, cuesta mucho más. A Mozart con 5 años lo pusieron a tocar, seguro que era un genio, pero el entrenamiento fue claramente básico.
Y hablando de genialidades, ¿alguna anécdota loca que hayais tenido en directo?
En “Zaragoza improvisa”, fui como espectadora y alumna, y hubo un brote de gastroenteritis en el festival y justo los que lo organizaban se llamaban “Teatro Indigesto”. Como todo el mundo estaba enfermo me dijeron que si quería actuar en el último catch. Llegué a la final, pero hice una impro descabellada en la cual me acabé follando a Micky Mouse (risas).
¿En qué proyecto estáis embarcados a corto plazo?
Estamos muy involucrados en la creación de un proyecto a nivel experimental que consiste en crear un guión a partir de personajes improvisados que ya habíamos dado vida en directo. Para esta nueva idea hemos incorporado a Bárbara Rodríguez y Marcos García Barrero. La idea es que ese guión tenga momentos de improvisación integrada en el texto. Haremos una prueba piloto y a ver cómo resulta en directo. La impro te hace estar vivo sí o sí.
La improvisación es una actividad teatral que es una gozada . Se practicaba en los talleres de teatro de la Universidad Popular de Xixón de Idoia. Hemos disfrutado con esta actividad.