
«Una ingeniería asturiana contra las cuerdas»

TSK, una de las joyas industriales de Asturias, vivía desde hace meses bajo una fuerte presión financiera. Con una tesorería exigua y tensiones acumuladas, la compañía decidió no replegarse, sino avanzar. Apostó por mantener su producción, asumir contratos complejos y continuar su expansión internacional, aun a costa de operar al límite. Era una jugada de alto riesgo, pero también de visión estratégica.
El mérito de resistir cuando todos recortan
Mientras muchas empresas en dificultades apuestan por recortar, reducir personal o vender activos, TSK optó por seguir firmando contratos, confiar en su experiencia y mostrar músculo operativo. Esa resiliencia, lejos de espantar, atrajo atención. Especialmente de un actor con ambiciones globales: China Energy Engineering Corporation, más conocida como Energy China.
La solución llegó de oriente
El gigante chino ha iniciado negociaciones para adquirir TSK a la familia García Vallina, propietaria histórica de la firma. Aunque el proceso está aún en una fase preliminar, las intenciones son claras: Energy China ve en TSK una puerta estratégica hacia Europa y África, donde la firma asturiana ya tiene una presencia sólida.
La jugada que parecía una huida hacia adelante, se ha transformado en un escaparate de capacidad operativa y proyección internacional. TSK no solo sobrevivió en el filo de la navaja: sedujo a un titán.
¿Quién es Energy China?
Energy China es una de las mayores corporaciones de ingeniería y construcción del mundo. Con más de 160.000 empleados, opera en infraestructuras energéticas, renovables y transporte en los cinco continentes. Su estrategia pasa por consolidar posiciones en Europa mediante adquisiciones. La ingeniería española, con su know-how técnico y su red internacional, encaja como anillo al dedo.
De Gijón al mundo: el valor de lo invisible
TSK, nacida en Gijón en 1986, se ha convertido en una firma clave en sectores como energía, industria, tratamiento de aguas y medio ambiente. Lo ha hecho lejos de los focos mediáticos, pero con una estrategia internacional sólida. Está presente en más de 50 países y ha ejecutado proyectos complejos en entornos difíciles. Todo eso, ahora, ha cobrado valor geopolítico.
Un símbolo del nuevo ciclo industrial
La eventual compra de TSK por parte de Energy China no solo es una operación empresarial. Es también un símbolo del nuevo ciclo: empresas industriales del sur de Europa, al borde del colapso, pueden convertirse en activos codiciados por actores globales que buscan posicionamiento, talento y contratos.
Para Asturias, esto plantea un debate doble… ¿Cómo proteger el capital industrial local? Pero también… ¿Cómo aprovechar esta inyección de inversión externa para revitalizar el tejido económico?
Conclusión: valentía estratégica y pragmatismo geopolítico
TSK eligió no retroceder. Y ahora, esa determinación ha encontrado recompensa en forma de interés internacional. Si la operación se concreta, la compañía podría iniciar una nueva etapa como parte de un conglomerado global. Y si no, ya ha dejado claro que aún tiene capacidad para resistir, producir y crecer.
En un mundo donde la ingeniería ya no es solo técnica, sino también geopolítica, TSK ha demostrado que resistir no es solo sobrevivir: es saber moverse, incluso cuando el tablero está en llamas.