En un partido de lo más disputado, un gol en el tiempo añadido de Curro priva a los de Martí de sumar un punto
El Sporting continúa en problemas. Después de la derrota ante el eterno rival, a perro flaco todo son pulgas, y un nuevo tropiezo, esta vez en tierras almerienses, mantiene con la soga al cuello al equipo rojiblanco. Al borde de los puestos de descenso, el equipo de la ribera del Piles se plantó en los Juegos del Mediterráneo y pareció, por momentos, dar la sensación de poder llevarse un mínimo botín, pero la UD Almería acabó con las ilusiones rojiblancas en el descuento. Un gol de Curro castigó sobremanera al Sporting, que continúa sin dejar sellada la permanencia una semana más.
El guión que cualquiera hubiese previsto no se hizo esperar, al menos durante los primeros minutos de juego. Se habían disputado solo seis cuando los almerienses sumaron la primera ocasión clara después de haber probado por dos veces a Cuéllar. Tras un córner a favor del Almería, Bogdan no acertó a despejar. Ramazani cabeceó para Robertone, pero su remate impactó en Kravets, que salvó el primero. Sin embargo, el Sporting no se atrincheró. Lejos de ponerse nervioso, intentó circular con paciencia y ganar metros hasta acercarse con peligro al área rival.
Fue pasado el cuarto de hora cuando el equipo asturiano se desperezó por completo y gozó de la primera oportunidad para su bando. El ‘Puma’ lanzó al espacio para Djuka. El internacional por Montenegro retó a Rodrigo Ely y salió victorioso de la batalla. Le amagó y le recortó luego con éxito, pero no abrió lo suficiente su disparo con la diestra.
El encuentro, con el paso de los minutos, se convirtió en una suerte de correcalles. El Sporting contragolpeaba, pero el Puma y Aitor no estaban acertados a la hora de finalizar. Tampoco el Almería, impedido por el engranaje defensivo ideado por Martí, ganaba continuidad en su juego. Aun así, los discípulos de Rubi, viejo conocido de la parroquia gijonesa, pudieron adelantarse varias veces en el electrónico. La más evidente, después de que Aitor reclamase penalti en área indálica y Villalba se quedase tendido sobre el césped en una acción inmediatamente posterior. El Almería transicionó con vértigo hasta que su gigantón particular, Sadiq, tiró el muñeco. El rechace de Cuéllar lo cazó Arnau, cuyo disparo sacó Berrocal. Con el Sporting desguarnecido en defensa, la jugada continuó con un centro de Babic que el mismo Sadiq dejó en bandeja para Portillo, pero el trébol de ocasiones terminó con una nueva parada de Cuéllar.
Pudo el Sporting, no obstante, irse al intermedio venciendo en el marcador, de no ser porque la mitad del cuerpo de Djuka se hallaba por delante de Babic, último central del Almería, después de recibir un envío fenomenal de Pedro. El montenegrino finalizaba la jugada a la perfección, pero el fuera de juego sería confirmado finalmente por el VAR.
El segundo período asentó al Almería como dominador del choque, aunque el gol no llegó hasta los últimos minutos. El Sporting, por su parte, comenzaba a diluirse despacio, probablemente ahogado por la mezcla del cansancio y el ímpetu almeriense, así que Martí no dudó en intervenir. El entrenador balear frotó la lámpara y, ante la aparente fatiga de Aitor, dio entrada a Gaspar y probó a Guille Rosas en lugar de Bogdan, pero no fue suficiente.
A falta de media hora para que finalizase el encuentro, se empezaron a suceder las ocasiones para el Almería como si de un mal presagio se tratase. Sadiq, fallón durante todo el envite, tuvo en sus botas las más claras. Incluso, llegó a desperdiciar un magnífico balón de Ramazani que tan solo debía empujar a gol. El Almería se frustraba con el transcurso del reloj. Más, después de que le fuese anulado un gol a instancias del VAR, de nuevo protagonista, por fuera de juego de Curro. El Sporting aguantaba como buenamente podía e, incluso, disfrutaba de alguna pelota para adelantarse. Sin embargo, el cántaro se rompió después de ir demasiadas veces a la fuente y, cuando el encuentro parecía dictado para sentencia, volvió a aparecer Curro para anotar el primer gol y, a la postre, el que condenase al Sporting, que en ningún momento renunció al partido. Appiah le sirvió un buen balón al onubense, que batió a Cuéllar desde la frontal. El Sporting volvió a nadar para morir a orillas, esta vez, del Mediterráneo.
Son tan inoperantes que no tienen ni picardía. Hemos visto al Atlético de Madrid, al City, al Cádiz,y ayer al Rayo,como una ampliación de 11´ de tiempo añadido no se llegarona disputar ni 3´.Estos chavales no fueron capaces ni de fingir desmayos, calambres, empujones,faltas exageradas, para matar un partido. Ni siquiera Cuéllar,gran especialista en teatro del absurdo,fue ayer capaz de aguantar la pelota más de lo debido. Sé que esto está mal visto, pero no vamos a ser nosotros los tontos del pueblo. Y ya van varios partidos perdiendo en el minuto 90. ESPABILEN,COÑO!!!!!
Esto es un proyecto deportivo fracasado. A la vista está. Ya no es cuestión de entrenadores, no se si de directores deportivos, pero esto cada vez se parece mas, al chiste del remero de la piragua, en donde iban once, y solo remaba el.
El remero en este caso, es el socio y el aficionado, que partido si y partido también, ahí están animando, y los once restantes, son una directiva, incompetente, inútil, falta de ideas, y que tal vez, ya no le preocupe demasiado el Sporting, ni lo que ha significado, y digo significado, porque, tristemente, ahora mismo, el Sporting, no significa nada.
Si esto no cambia, lo mejor que podría ocurrirle, es que se diluya la sociedad anónima deportiva como tal, y que al Molinón, lo dediquen, al museo del futbol, como a la antigua estación del norte, transformada hoy en museo del ferrocarril, y no tardando mucho, como la plaza de toros, que podría ser también, museo taurino.
Al final, esto es la historia de siempre. En Diciembre, en primera y en Mayo, a luchar por la permanencia.
Una pena.