El rompehielos, uno de los emblemas de las campañas reivindicadoras de la organización por el bienestar de los océanos, iniciará desde Asturias un crucero para concienciar sobre los peligros medioambientales que entraña el uso de gases fósiles
El muelle ubicado a las puertas del Centro Niemeyer de Avilés servirá como punto de partida para la nueva campaña internacional que la organización ecologista Greenpeace llevará por toda Europa contra el uso del gas fósil. Y es precisamente ahí, en la dársena de San Agustín, donde desde este viernes permanece atracado el rompehielos MV ‘Arctic Sunrise’, uno de los emblemas de la entidad en su lucha por preservar la salud de los océanos. Desde los muelles avilesinos, los responsables de Greenpeace han puesto la regasificadora de El Musel como ejemplo de «una instalación que nunca debería haberse hecho«. La instalación gijonesa es una de las muchas nocivas a las que es posible acercarse durante las visitas guiadas al navío, que se han desarrollado a lo largo del viernes y del sábado, y que continuarán hoy domingo, último día, en horario de 12 a 19 horas.
La directora ejecutiva de Greenpeace España, Eva Saldaña, ha destacado desde Avilés que, bajo el lema ‘El gas nos sale caro’, la campaña pasará por diferentes países, además de España, que es el comienzo del tour. «Vamos a estar en Francia, en Bélgica, también vamos a ir a Alemania, Croacia, Grecia, vamos a estar en diferentes países reclamando algo que es muy importante, el gas nos sale caro», indicó Saldaña. Precisamente en Asturias está uno de los ejemplos de ese lema, ‘El gas nos sale caro’, con la regasificadora de El Musel. Así lo ha destacado portavoz de la Plataforma contra la Contaminación de Gijón, Paco Ramos, que ha explicado que llevan años colaborando con Greenpeace. Consideran que dicha regasificadora es una planta de importación de gas natural licuado marcada por «la corrupción, los juicios y la mala gestión de fondos públicos».
Ramos ha explicado que, tras haber estado pausada entre 2014 y 2022, desde 2023 funciona temporalmente como almacén y para exportación al mercado europeo, actividades que apenas se están desarrollando por falta de demanda. «Está claro que la apuesta asturiana después del carbón tiene que ser otro modelo de energético, otras fuentes de energía y también teniendo claro que no vamos a poder sustituir un 87% de electricidad del carbón con renovables porque no hay capacidad, simplemente un modelo distinto, de intercambio con otros territorios», indicó Ramos. Por su parte, el responsable del área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace, José Luis García Ortega, ha destacado que resulta indispensable evitar cualquier inversión o rescate a proyectos nuevos o existentes de combustibles fósiles en toda la Unión Europea.
Apuesta Greenpeace porque todos los esfuerzos se orienten hacia un modelo energético 100% renovable, que consuma menos y sea más eficiente. Por ello, exige al Gobierno que modifique la actual propuesta del mercado de capacidad, que considera un plan encubierto de ayuda al gas, como ha señalado en sus recientes alegaciones al proyecto. «Estamos a tiempo de evitar un grave error. El mercado de capacidad no puede convertirse en la tabla de salvación para rescatar el ruinoso negocio del gas con el dinero de todos los consumidores. Hay que rescatar a quienes sufren la crisis energética y la climática, como las familias que padecen pobreza energética o las que han perdido todo por las inundaciones, no salvar a quienes causan el problema», destacó García Ortega.
Esta nueva campaña, que arranca desde Asturias, solicita prohibir los nuevos proyectos de combustibles fósiles en toda la UE; detener todas las subvenciones a plantas de combustibles fósiles y aprobar un mercado de capacidad y una fiscalidad verde que realmente saquen al gas y al petróleo del sistema energético y detener las importaciones de gas, empezando por un embargo al gas de Rusia. Además reclaman eliminar por completo los combustibles fósiles de forma justa, incluyendo un plan para su eliminación progresiva del sistema eléctrico para 2030 y de la vivienda, industria y transporte para 2035 como fecha límite.
