Sus años de servicio en la Guardia Civil y su tesón por sobreponerse a todas las dificultades, la llevó incluso a ser amadrinada por Eugenia Martínez de Irujo
Los adioses son siempre tristes, hay poco más que añadirles. Y mañana, tristemente, será el adiós de Tina, la emblemática perra labrador que sirvió durante años en la Guardia Civil, que será despedida en el hospital veterinario Menes. Su cuidador, Pedro García, un guardia civil retirado, cuenta que el momento que nadie quería ha llegado, y es hora de dejarla ir tras una larga y dura lucha contra diversas enfermedades. Con casi trece años, Tina se había convertido en todo un símbolo de resistencia, no solo por su servicio al cuerpo de la Guardia Civil, sino también por su capacidad de superar numerosos obstáculos médicos que habrían derrumbado a cualquier otro.
Explica Pedro que todo comenzó el pasado sábado, cuando la perra empezó a mostrar signos de debilidad en sus patas delanteras. Lo que parecía ser una simple mala postura, rápidamente se agravó: perdió movilidad en las patas traseras, quedando parapléjica. Los veterinarios determinaron que era una condición irreversible, posiblemente causada por una infección en la médula espinal, algo que ya había sufrido meses antes. A pesar de los esfuerzos y tratamientos, la medicación ya no tenía efecto y Pedro, junto con su hija, se enfrentan ahora al difícil momento de despedirse de Tina.
«He tenido muchos perros, pero Tina me ha marcado profundamente»
Y es que la relación de Pedro con esta labrador va más allá de la habitual entre un dueño y su perro: «He tenido muchos perros, pero Tina me ha marcado profundamente». El vínculo entre ambos se hizo más fuerte después de la jubilación de Tina, cuando el perro que un día detectaba grandes cantidades de dinero y droga para la Guardia Civil comenzó su retiro en Gijón. Su carácter cariñoso y juguetón, incluso después de una vida llena de disciplina, la hizo popular no solo en su entorno, sino también en redes sociales, donde muchos la conocieron y se encariñaron con ella.
Sin embargo, la vida de Tina después de su retiro no fue fácil. Tras ser operada por un cáncer de mama, una serie de complicaciones médicas comenzaron a aflorar: infecciones, convulsiones, y múltiples cirugías que pusieron a prueba tanto a la perra como a su familia. A pesar de todo, siempre logró salir adelante. “La hemos despedido mentalmente cuatro veces en los últimos dos años”, explica su cuidador, aún asombrado por la fortaleza de Tina.La noticia de la despedida de Tina ha causado gran conmoción en su barrio de Gijón, donde muchos vecinos, que la conocían por sus paseos y su popularidad en redes sociales, han querido darle un último adiós. «Cada vez que salgo a la calle, me preguntan por ella. Algunos me han pedido que la saque para despedirse, pero no puedo, no quiero verla sufrir», comenta Pedro con tristeza, aunque algunos amigos de la familia ya han pasado por su casa para poder despedirse. De su estado también ha estado informada Eugenia Martínez de Irujo, quien desde hace tiempo ha estado en contacto constante con Pedro, preocupada por el bienestar de la perra que un día amadrinó. La duquesa, que ha sido un apoyo económico y emocional, también siente profundamente esta despedida, que deja sin duda, el mayor hueco, en la familia de Pedro: “Solo me queda darle las gracias a Tina por todo lo que nos aportó tanto a mi hija como a mí, darle las inmensas gracias también por esos nueve años que dedicó a la Guardia Civil y nada, darle un beso muy fuerte e intentar despedirla como merece”.