El colectivo critica abiertamente la decisión de facilitar el acceso a las corridas a niños y adolescentes mediante un pase único de 60 euros, alegando el «efecto que produce la exposición a la violencia y a la crueldad», probado por la comunidad científica

Quedan poco más de dos semanas para que comience la Feria Taurina de Begoña… Y, conforme ese momento se acerca, crece también el malestar entre quienes condenan que se perpetúe la tortura animal como una forma de entretenimiento. En ese sentido, las últimas propuestas lanzadas por los organizadores del evento han contribuido a arrojar más leña al fuego… Este mismo miércoles la Fundación Franz Weber ha puesto el grito en el cielo ante la idea de Circuitos Taurinos, empresa concesionaria del espectáculo que se desarrollará en El Bibio del 13 al 17 de agosto, de crear una suerte de ‘bono joven’, un pase específico para niños y adolescentes que, al precio de 60 euros por persona, dé acceso a todas las corridas fechadas para esos días. Una intención concebida para facilitar el acceso de las nuevas generaciones a la cultura del toreo, pero que en la entidad en cuestión ven como una fórmula que acerca a los más jóvenes a la violencia contra los animales. Y, encima, en connivencia con el Gobierno de la ciudad.
«La propuesta contaría con el apoyo del Ayuntamiento de Gijón, que cede el coso y da espacio a la actividad con participación institucional en actos asociados, y colabora con la misma tal y como aparece en el cartel de la convocatoria«, recalcan en Franz Weber, definiendo como «preocupante» que exista ese afán por abaratar el paso de niños y adolescentes a los eventos taurinos. Y es que, apuntan desde la Fundación, «existe un amplio consenso científico y técnico en relación al efecto que produce la exposición a la violencia y a la crueldad, y como estos menores podrían ver no solo el sufrimiento de los animales, también hipotéticas cogidas y lesiones en los participantes«. No obstante, conviene recordar que, hoy por hoy, en Asturias no existe ninguna normativa que prohíba o limite la entrada en las plazas a los menores de edad, a diferencia de lo que sí hacen comunidades como Galicia, hasta los doce años, o el País Vasco, en cuyo territorio es imprescindible que acudan acompañados de un adulto. Todo ello, a pesar de que el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, recomendó a España en 2018 «alejar a las personas menores de edad de estas prácticas«.
Así las cosas, en Franz Weber son tajantes. «Las advertencias son muy claras, y consisten en alejar a cualquier menor de edad de la tauromaquia por los potenciales efectos perniciosos que puede generar el presenciar el maltrato de un ser vivo en directo«, ahondan. Y concluyen afeando la hipocresía de que las Administraciones permitan algo así «mientras dotamos a los contenidos audiovisuales de recomendaciones auditivas y visuales, o suprimimos determinada publicidad en horario de protección«.