Más de 200 vecinos de la zona rural de Gijón se reunieron en Rioseco para celebrar su tradicional misa en honor a la Virgen de los Milagros
Devoción y vecindad marcaron la jornada dominguera en la zona rural de Gijón, que con la capilla de La Milagrosa como punto de encuentro, se reunió para festejar a la Virgen de los Milagros que cada 7 de julio se venera en Caldones. Más de 200 vecinos de zonas como Deva, Valdornón o incluso Peón, en el municipio vecino, se sumaron a los «protagonistas» a cargo de la festividad, un barrio «pequeñín» y «alejado en las montañas» como es Rioseco de Caldones, compuesto por familias y vecinos unidos por un gran respeto a la tradición que rodea al santoral de los Milagros, tal y como explica Eduardo Alcázar, a cargo de la asociación de Nuevo Caldones y responsable de organizar el evento.
La parroquia de Caldones en su conjunto tiene claro que «mantener celebraciones como esta», junto a las fiestas por la Virgen del Carmen que también organizarán entre el 19 y 22 de julio, constituyen la única manera de «cuidar el pueblo que tenemos», en palabras de Alcázar. Así lo hicieron desde las dos de la tarde con el inicio de la misa en La Milagrosa en una mañana marcada por el buen tiempo, y a la que le sucedió un «vermut con pinchoteo a fartucar», tal y como repiten año a año como parte no religiosa de la jornada.