La inmobiliaria gijonesa dará pronto a conocer la oferta del inmueble perteneciente la icónica construcción, que constituye una de las señas de identidad del paseo de San Lorenzo
Se trata de uno de los edificios de viviendas con más valor histórico de la ciudad y quizá el que más miradas atrae a golpe de vista en la fachada del paseo del Muro. Casi con aguas del Cantábrico a pie de escalera y siendo una de las joyas locales mejor conservadas de época modernista, el conocido como ‘edificio Varsovia’ abrirá pronto sus puertas a un nuevo vecino.
La agencia La Playa ha dado a conocer hace unos días que entre su cartera de clientes se encuentra el propietario de un piso del icónico inmueble. Este, residente en el extranjero, pone a la venta la vivienda: un primero totalmente reformado que alberga una de las vistas más privilegiadas a la bahía de San Lorenzo, San Pedro y Campo Valdés, por precio de 499.000 euros. La inmobiliaria gijonesa aún no ha hecho pública la oferta a falta de completar algún trámite como el certificado energético, además de hacerse con las actas de la comunidad. Por ese motivo, todavía no existen potenciales compradores, aunque esperan que al anuncio no le falten pretendientes.
La vivienda de este especial edificio, que cuenta con protección integral en el catálogo urbanístico de la ciudad, tiene 92,6 metros cuadrados de superficie construida y 76,37 m² útiles. En ellos se organizan el baño, salón, cocina y dos habitaciones reformados en estilo0 minimalista y que configuran la casa, además de los armarios empotrados y los dos balcones que dan hacia el paseo por su orientación esquinada Norte-Este.
«Uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura ecléctico-modernista de la ciudad» con secreto incluido
Y es que lo mejor, en resumen, no se encuentra en su interior, sino de puertas para afuera. Cabrales 18 y el conocido pub que le da nombre, constituye en su conjunto, “uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura de influencia ecléctico-modernista de la ciudad, con una excelente calidad formal y constructiva de las fachadas, portal y escaleras, y una importante presencia urbana”. David Alonso, geógrafo en la Universidad de Oviedo y colaborador habitual de miGijón, explica que el edificio fue construido en 1903 por encargo de Celestino García López. De hecho y aunque pocos lo sepan, se denomina oficialmente ‘Edificio Celestino García’ en honor a su dueño primigenio.
Eligió a Manuel del Busto para erigirlo, el arquitecto por antonomasia del Gijón de siglo XX y una de las grandes figuras del Modernismo y Art Decó con que dejó huella con sus trabajos por toda la ciudad. “Pese a que se suele definir como de estilo modernista, su fachada aglutina de todo: columnas, pilastras, frontones, arcos apuntados, arcos de medio punto, pináculos y cresterías que dan al conjunto un aire ecléctico evidente”, describe Alonso. El despliegue ornamental responde a que este primer residente “tenía gran solvencia económica y permitió a del Busto dar rienda suelta a su creatividad”.
En origen, solo había una vivienda por planta y “todas estaban pensadas para alquilar a la burguesía de la época”. Tiempo después, este se iría fragmentando hasta contar con las propiedades actuales, tras la reconstrucción de 2004 y 2006. “Estas devolvieron la cúpula que se había eliminado en los años 70 y así el edificio recuperó toda la esencia y belleza que hacen que sea tan característico”, apostilla el experto urbanístico.
El portal también merece una mención especial, “una maravilla en bóveda recubierta de motivos modernistas, naturaleza y pavos reales”. Pero lo que sin duda reconocería cualquier habitual de La Escalerona y demás números son las fachadas tan representativas “construidas en piedra artificial y paños de ladrillo, además de la cerámica policromada de Zuloaga” con motivos florales. Como colofón, un último secreto descubierto por la agencia: “Puede haber muchos pisos en San Lorenzo y edificios singulares, pero este piso en primera planta probablemente sea la vivienda con menor distancia al mar, la ventana más cercana a la propia barandilla del paseo”.