Las chicas, de 13 y 14 años, se encontraban en la zona infantil de la biblioteca cuando el acusado se les acercó y les realizó tocamientos bajo la falda
Un acusado de hacer tocamientos a dos adolescentes con las que coincidió en una biblioteca de Gijón reconoció este miércoles los hechos y aceptó penas y medidas que incluyen la prohibición de acercarse y comunicar con las víctimas y la obligación de someterse a un programa de educación sexual. La vista oral estaba señalada esta mañana en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, pero no ha llegado a celebrarse.
El acusado, de 44 años, reconoció que sobre las 19 horas del día 12 de marzo de 2019, tras advertir la presencia de dos chicas de 13 y 14 años, cuando ambas se encontraban en la zona infantil de la biblioteca pública de la calle Jovellanos de Gijón, en un momento dado trató de entablar relación con ellas desde la zona de adultos y a través de un cristal, sonriendo a las mismas y guiñándoles un ojo, al tiempo que les hacía señas.
A continuación, el acusado se acercó a las menores, intentando entablar una conversación con ellas, y mientras les preguntaba qué hacían con el móvil, comenzó a acariciar a ambas en las piernas por debajo de la falda, pasándoles las manos desde las rodillas hasta la ingle. Las dos menores, tras alejarse inmediatamente del acusado, llamaron a sus padres y se ausentaron rápidamente del lugar. Una de las menores renunció al ejercicio de las acciones civiles que le pudieran corresponder por los hechos.
Los hechos fueron considerados constitutivos de dos delitos de abuso sexual sobre menores de 16 años en grado de consumación. Se apreciaron como circunstancias atenuantes el hecho de que el acusado abonara una indemnización a la menor que no renunció a las acciones civiles y las costas del procedimiento y, como analógica, alteración mental.
Tras reconocer los hechos, el acusado aceptó, por cada uno de los delitos, un año de prisión, prohibición de aproximarse a la víctimas, a su domicilio y al centro de estudios a menos de 200 metros, así como la prohibición de comunicarse con ellas por cualquier medio durante 3 años y prohibición de desempeñar cualquier profesión u oficio relacionado con menores durante 4 años.
Además, se le impuso la medida de libertad vigilada durante 2 años, consistente en la prohibición de aproximarse y de comunicarse con las víctimas durante ese espacio de tiempo, así como la obligación de someterse a un programa formativo de educación sexual.