Los sujetos habrían hecho acopio de casi 450 kilos de dicho material, en algunos casos sin catalogar, en una zona no autorizada destinada a la venta de artículos festivos; la Guardia Civil mantiene abierto el caso

Es una de las imágenes más representativas, y más intimidantes, de cuantas rodean la celebración de encuentros futbolísticos: las aficiones, congregadas en el exterior de los estadios, despidiendo a sus respectivos equipos… Enarbolando para ello bengalas y otros elementos pirotécnicos. Pues bien, esa práctica se halla en el centro de una de las últimas pesquisas iniciadas por la Guardia Civil, y en el marco de la cual dos hombres de 54 y 55 años, vecinos de León y Oviedo, respectivamente, y ambos responsables de una empresa de pirotecnia con sedes dentro y fuera del Principado, están siendo investigados por diversas irregularidades detectadas en la venta y almacenamiento de dicho artefactos… Algunos de los cuales, al parecer, habrían sido empleados en concentraciones de aficionados de fútbol en las inmediaciones de los campos durante los últimos playoffs de ascenso a Primera, que devolvieron al Real Oviedo a la categoría reina, y los encuentros finales de la temporada de Segunda División, cuando la afición del Real Sporting recibió a la alineación ‘rojiblanca’ a la entrada de El Molinón. El caso sigue abierto, y no se descarta la implicación de nuevas personas.
Según el relato proporcionado por el instituto armado, fue el uso de bengalas y petardos al recibir o despedir a los equipos lo que llamó la atención de la Benemérita, cuyo servicio de Intervención de Armas se puso manos a la obra. En ese sentido, conviene matizar que, tal como miGijón ha podido averiguar, ya algunos aficionados ‘sportinguistas’ comentaron lo barato que cierta empresa vendía algunos de los artefactos a disposición de los seguidores. Así, durante dos inspecciones realizadas en septiembre de 2024 y febrero de 2025 en las instalaciones de la empresa, se localizó un almacenamiento ilegal que contenía 450 kilos de masa explosiva, ubicado en una zona no autorizada destinada a la venta de artículos festivos; además, se hallaron artificios sin catalogar junto a otros regulados, incumpliendo, pues, las medidas de seguridad exigidas. Un posterior análisis de los libros de registro confirmó las fallas; en ellos se identificaron irregularidades constitutivas de delito de falsedad documental, al tratarse de documentos oficiales, y se constataron anotaciones ficticias en ventas a Ayuntamientos amén de errores que impedían la trazabilidad de los productos. Incluso, en su web, la empresa anunciaba botes de humo azul y rojo, sin especificar su categoría reglamentaria.
Hasta el momento, el material incautado incluye bengalas de baja y alta peligrosidad, muchas de ellas con etiquetado que prohíbe su uso cerca de personas y exige una distancia mínima de seguridad de veinte metros. El caso continúa bajo investigación. Por todo ello, Intervención de Armas ha tramitado varias propuestas de sanción por la vulneración de la normativa en materia de seguridad ciudadana, así como por infracciones en el reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería, incluyendo almacenamiento indebido, errores en los registros, distribución sin marcado CE (que demuestra la viabilidad del producto para su comercialización dentro del territorio de la Unión Europea), y venta ambulante cerca de recintos deportivos.