
«Pero lo más importante no es lo que ha sido y es, sino —nunca mejor dicho— lo que vendrá. Porque la misma edil ha anunciado la elaboración de un plan estratégico de turismo a diez años para nuestra ciudad. Aquí está la gran novedad: frente al cortoplacismo que achacamos a nuestros políticos, a los que —con razón— reprochamos que legislen para volver a ganar las elecciones, nos encontramos con una política que quiere elaborar una estrategia para el turismo gijonés en los próximos diez años. ¡Diez años!»

Queridos lectores: andaba yo dándole vueltas al problema (entre comillas) del turismo de verano en Gijón, cuando veo que la Concejalía de Economía, Empleo, Turismo e Innovación, que preside la vicealcaldesa Ángela Pumariega, acaba de publicar el Informe ‘El Turismo en Gijón 2024’. Los datos confirman un notable crecimiento respecto al año anterior. Pero lo más importante no es lo que ha sido y es, sino —nunca mejor dicho— lo que vendrá. Porque la misma edil ha anunciado la elaboración de un plan estratégico de turismo a diez años para nuestra ciudad.
Aquí está la gran novedad: frente al cortoplacismo que achacamos a nuestros políticos, a los que —con razón— reprochamos que legislen para volver a ganar las elecciones, nos encontramos con una política que quiere elaborar una estrategia para el turismo gijonés en los próximos diez años. ¡Diez años!
Si se cumplen los plazos, estamos ante un proyecto que abarcará no solo lo que queda de legislatura, sino otras dos, hasta 2035. Como es obvio, es imposible predecir lo que va a pasar en ese tiempo: a quién elegirán los gijoneses, qué personas se van a presentar, cómo será la composición del Ayuntamiento…
Es un compromiso muy serio, pero confío en que la actual concejala delegada de Economía, Empleo, Turismo e Innovación del Ayuntamiento pueda cumplir su promesa. Ángela Pumariega pretende involucrar a todos los agentes del sector y a todos los grupos políticos.
Hace unos años, mi admirado profesor Juan Velarde Fuertes, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1992, me dijo en una entrevista: «Mire, Targhetta —siempre me llamaba por mi segundo apellido—, el buen político es el que toma decisiones no mirando el interés cercano de sus electores, sino pensando en lo que a largo plazo conviene a nuestro país». No se trata, faltaría más, de desdeñar la opinión de los ciudadanos, sino convencerles de la importancia que esas medidas tendrán —no ahora ni mañana, pero sí en un futuro— en la comunidad en la que viven.
¡Ahí le han dado! Piensen por ejemplo, que cuando D. Luis Adaro, padre de la Feria de Muestras de Asturias, adquirió en 1968 una zona en la margen derecha del río Piles unos terrenos, aquello era un enorme lodazal que un día sí y otro también se anegaba con las mareas. Pero él vio más allá y creyó que en esa ciénaga por la que nadie daba un duro, podría convertirse en suelo firme donde se asentara el recinto ferial. La empresa no era fácil, pero, tal vez porque D. Luis era ingeniero, cuatro años después el terreno estaba consolidado y ahora es parte esencial de nuestra ciudad.
Por eso debo felicitar a Doña Ángela Pumariega, confiando en que ella y su equipo (con la participación de todo el que tenga interés por Gijón), elaboren el Plan Estratégico de Turismo para los próximos diez años. En varias ocasiones ha demostrado, ante mi escepticismo, su capacidad para hacer realidad sus propuestas.
Pero hay medidas que no admiten demora. Desde hace unos años la temporada estival de Gijón empieza a mediados de junio y termina ya entrado septiembre. Así que julio y agosto son meses de ‘overbooking’, con las consiguientes molestias para los residentes. Pero, de acuerdo con el informe antes citado, en 2024 el turismo ha generado más del 12 % del empleo en la ciudad. Cifra más que respetable, que nos obliga a todos (y cuando digo todos digo TODOS) a cuidar de una riqueza que cada vez deja más dinero en los negocios y que se traduce en más equipamiento, mejores servicios, más trabajo…
La gente se queja, no sin razón, de la masificación, pero creo que es cuestión de aprovechar nuestros recursos. El transporte público de Gijón está considerado como uno de los mejores de España. ¿Por qué no abrimos más aparcamientos disuasorios, donde los turistas puedan dejar su coche en la mañana y recogerlo por la noche? Esto, unido a un enlace rápido con los autobuses y con unas tarjetas que los viajeros puedan adquirir en los mismos hoteles donde se alojan, descongestionaría mucho el tráfico. Y si no es suficiente y se necesitan estacionamientos públicos, háganse; es un asunto de interés público. ¿A qué esperamos?
Si me han leído hasta aquí, muchas gracias. Les espero.
Por las últimas palabras, entiendo que quiere reestablecer el plan de movilidad que hizorl gobierno anterior y que el actual gobierno timbó