Conservar, documentar, estudiar y difundir el patrimonio cultural y las manifestaciones artísticas de interés. Estos son los objetivos de la Red Municipal de Museos de Gijón, propósitos que cumple fielmente. En total 8 museos con los que es posible contar la historia de Gijón desde sus orígenes hasta la actualidad. “La gente quiere conocer su pasado para comprender su presente”, asegura Nuria Vila, directora de programación del Museo del Ferrocarril. Y el pasado de Gijón se cuenta en sus museos.
Los orígenes de Gijón
Los orígenes de la villa están reflejados en los museos arqueológicos. En el Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres podemos conocer los primeros asentamientos de población relacionados con el Paleolítico o la historia de los ‘cilúrnigos’, los primeros pobladores de Gijón, así como los enterramientos del Neolítico. Mientras, que en las Termas Romanas de Campo Valdés descubrimos la romanización de los habitantes de Gijón desde el siglo I d.C.; y en el Museo de la Villa Romana de Veranes nos aportan una visión general de lo que ocurrió en Gijón a partir del siglo IV d.C.
Paz García Quirós, técnica de programas de los Museos Arqueológicos de Gijón, lo tiene claro: “el público que visita estos museos puede hacerse una idea muy cabal de lo que fue Gijón antes de ser Gijón”. Este 2020 celebran su 25 aniversario y son muchos los que ya lo han averiguado. Pero este verano, reconoce García Quirós, ha sido atípico. “El año pasado en las Termas Romanas de Campo Valdés hubo cerca de 10.000 habitantes en agosto, y este año se quedaron en 1.157”. ¿El motivo? “Las visitas guiadas han tenido que celebrarse con una cadencia de 1 hora y con solo 8 personas en cada una de ellas”, explica. Sin embargo, el Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres “experimentó una cierta subida de visitas, especialmente en lo referido al aire libre”. Consecuencia del coronavirus.
La historia industrial de la ciudad
El Museo del Ferrocarril de Asturias y la Ciudadela de Celestino Solar son los encargados de recoger los vestigios de la Revolución Industrial en Gijón. Desde que abrieran sus puertas en agosto, las visitas y actividades para las que era necesario inscribirse han estado prácticamente siempre llenas. “Hay interés y demanda. La gente quiere venir al museo”, asegura Vila, su directora de programación.
Su objetivo es “poner el patrimonio al servicio de la ciudadanía”, aún más en los tiempos que corren. “La cultura produce el placer de aprender y está cobrando un nuevo valor”, asegura Nuria Vila, para quien es imprescindible “ser capaz de ofrecer un diálogo con la realidad en este mundo virtual que vivimos”.
Eso es lo que hacen en el Museo del Ferrocarril, que cuenta con una de las colecciones ferroviarias más importantes de España y conecta la historia nacida con la Revolución Industrial con el presente. Y también lo que ocurre en la Ciudadela de Celestino Solar, que presenta el modelo de vivienda de la clase obrera a finales del siglo XIX y durante gran parte del siglo XX. En Gijón llegaron a documentarse más de doscientas ciudadelas, siendo la más representativa la de Celestino Solar. Construida en 1877 en la calle Capua, estaba formada por 23 casas y permaneció habitada durante más de un siglo.
Las manifestaciones artísticas en Gijón
El arte gijonés se recoge en el Museo Casa Natal de Jovellanos y en el Museo Nicanor Piñole. El primero es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, una casa-palacio de finales del siglo XVI en la que nació y vivió el ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos. Y el segundo acoge, estudia, conserva y difunde la obra de Piñole, uno de los principales responsables de la renovación de la pintura asturiana en el primer tercio del siglo XX.
Lucia Peláez, directora de los museos, reconoce que este verano han tenido que hacer un “esfuerzo extraordinario” para aplicar las medidas y garantizar la seguridad. Las limitaciones en el aforo han repercutido en la entrada de visitantes, que “se ha quedado en torno al 60% en comparación con otros años”. El confinamiento ha sido la primera ocasión en la que han cerrado las puertas del museo a lo largo de su historia, pero esto no supuso un impedimento para dejar de acercar el arte a la ciudadanía. Peláez cuenta que aprovecharon la ocasión “para acercar el arte a todo tipo de públicos gracias a nuestras redes sociales”. Y el resultado “ha sido muy positivo”.
El Muséu del Pueblu d’Asturies completa la visita por la Red de Museos de Gijón. Su objetivo es la recuperación y conservación de la memoria de Asturias a través de los testimonios materiales e inmateriales que hacen referencia a la vida de los asturianos.
Como afirma Vila, “Gijón se entiende como una ciudad de museos”. Ya tiene las puertas abiertas para “conocer más y mejor la historia y cultura de Gijón”.
Esto…no se ni por donde empezar…el asentamiento de la Campa es de la Edad del Bronce y Edad del Hierro, teniendo su continuación histórica en época romana…así que de Paleolitico y Neolitico nada, a excepción de unos útiles de piedra prehistóricos aparecidos fuera de estrato en las excavaciones.