Una década más tarde, en 1934 tres mujeres se incorporaron, tras vencer en las elecciones Emilio Tuya, a la directiva rojiblanca. Tres pioneras llamadas Inocencia Hulton, Elvira Sampil y Herminia Rodríguez
Con una escueta nota de prensa publicada en el diario El Noroeste anunciaba el Sporting la apertura de sus puertas a las mujeres: “Complácese la directiva en hacer público el acuerdo por medio de esta nota oficiosa, y al mismo tiempo invita a todas las señoras y señoritas que deseen figurar como socios del Real Sporting, se dirijan por carta indicando su nombre y apellidos y domicilio, o personalmente a la secretaría del club, en la calle Marqués de Casa Valdés, 47, bajo, de seis a siete de la tarde. La cuota mensual será de tres pesetas, igual que rige para los socios”. Fue el 23 de septiembre de 1924, aunque la historia se fraguó unos días antes. En esa temporada 1924-25 la campaña de socios, en principio únicamente para hombres, se inició el día 16 de septiembre y tan solo duraba cinco días. El 20 de septiembre se tenía previsto el cierre de la misma, pero no fue así. Reunida la junta directiva de la entidad, encabezada por su presidente, Ismael Figaredo, se acordó ampliar el plazo hasta el día 30 de ese citado mes y admitir a las mujeres que quisieran ser socias con idénticas obligaciones y derechos que los hombres a partir del día 23. Fue justo hoy hace cien años en los que hubo de todo.
Una década más tarde, en 1934 tres mujeres se incorporaron, tras vencer en las elecciones Emilio Tuya, a la directiva rojiblanca. Tres pioneras llamadas Inocencia Hulton, Elvira Sampil y Herminia Rodríguez. Estuvieron en el cargo de forma nominal hasta el año 1940, con la salvedad de que durante el periodo de la Guerra Civil, entre 1936 y 1939, el club se mantuvo prácticamente inactivo. Su incorporación a la directiva rojiblanca se produjo el 12 de julio de 1934, se celebraron elecciones en el club. Por primera vez, las socias tuvieron derecho al voto. Las mujeres ya comenzaban a ser un porcentaje, aunque minoritario, significativo en la masa social sportinguista y cada vez tomaban un mayor protagonismo. Las elecciones son ganadas por la candidatura de Emilio Tuya quien decidió incorporar a Inocencia Hulton, Herminia Rodríguez y Elvira Sampil, como vocales de su junta directiva. Como vicepresidentes fueron elegidos Alfonso Albo y Félix Guisasola, José Ramón Lueje fue escogido secretario, Emilio Suárez lo hizo como tesorero, Luis Álvarez como contador y Jesús de la Torre, Dionisio Nespral, Francisco Quirós, Ulpiano Vigil-Escalera, Benigno Morán, Fernando Villaverde, Emilio Morán y Rafael Fuente completaban la directiva en calidad de vocales.
Por primera vez unas mujeres entraban en la directiva del Real Sporting de Gijón, el club más importante ya de Asturias con una masa social que alcanzó los 2200 socios en 1936. Con el casi parón total que tuvo el club durante el periodo de la Guerra Civil, con la salvedad de algunos entrenamientos y algún partido disputado por el equipo filial rojiblanco, el Olympia, se recuperó la normalidad en el fútbol al término de ésta. El Sporting disputa su primer partido contra el Círculo Popular de la Felguera un 8 de octubre de 1939. El 30 de enero de 1940, el secretario de la entidad, Tomás Argüelles, por orden de las nuevas autoridades locales, convocó a los socios a la celebración de una junta extraordinaria en el café Dindurra, local que fue propiedad del abuelo del legendario futbolista Cholo Dindurra. Allí, se cesa al completo a la directiva de Emilio Tuya y los responsables gubernamentales en Asturias nombran una nueva presidida por Secundino Felgueroso Fernández-Nespral, apoyado en la vicepresidencia por Dionisio Nespral, Roberto Vega en el cargo de secretario y Alejandro Roces como tesorero. Hubo que esperar hasta el 20 de noviembre de 1989, el día de las elecciones en las que Plácido Rodríguez Guerrero ganó (con el 77´82% de los votos) a José Luis Hevia Junquera, para que otra mujer volviera a ocupar un puesto de responsabilidad en el club. Margarita Díaz Braña fue nombrada tesorera de aquella nueva junta directiva. Después, en 1999 el presidente Germán Ojeda incorporó a la periodista María Teresa Álvarez como consejera, tan sólo duró en el cargo unos meses.