Por tercer año consecutivo la empresa Asturboats abrirá a grandes y pequeños la posibilidad de entregar las cartas para los Reyes Magos a bordo de su barco ‘Isla Erbosa’, que también realizará recorridos navideños por las aguas costeras
Es una de las muchas imágenes que la Navidad, tal como se celebra en España, ha dejado en el imaginario colectivo: una escueta caravana de camellos, montados por los tres Reyes Magos de Oriente, recorre el desierto en dirección a Belén, en la Judea romana, para entregar sus ofrendas de oro, incienso y mirra al recién nacido Jesús de Nazaret. Está claro que el de Melchor, Gaspar y Baltasar, de resultar cierto, fue un viaje marcado por el sol y la arena. Pero… ¿Y si una parte de esa travesía la hubiesen hecho por mar? No por el Mediterráneo, ni por el Rojo… ¡Por el Cantábrico! En fin, la idea puede parecer descabellada, pero una parte de ella es la que, hace ahora tres años, animó a David Zapico y a Iván y Paula Álvarez, responsables de la empresa de embarcaciones Asturboats, a crear una actividad que ya va camino, y muy avanzado, de convertirse en una imprescindible de estas fechas: el ‘Gijón Christmas Boat’, o ‘Barco de la Navidad de Gijón’, una apuesta para convertir el que es el buque insignia de su flota, el ‘Isla Erbosa’, en un espacio desde el que enviar las cartas a Sus Majestades las cartas con las peticiones, y recorrer las aguas de la costa gijonesa. La iniciativa volverá a hacer las delicias de grandes y pequeños a partir del puente de la Constitución.
«Es súper gratificante para nosotros; ver esa ilusión en las caras de los niños, ese disfrute general al navegar…», relata Paula Álvarez. Un cúmulo de emociones al que contribuye, y mucho, el propio ‘Isla Erbosa’. Con catorce metros de eslora y cuatro y medio de manga, el barco, uno de los dos únicos de su clase junto con el ‘Isla Deva’, que opera el Principado, el barco fue construido en los astilleros IPSA de Avilés, y botado en 1996. Tras una trayectoria de varios años ejerciendo tareas de vigilancia pesquera, fue adquirido por Asturboats, y en 2022 se le sometió a una remodelación interior completa en las propias instalaciones de la compañía. Desde entonces, se ha convertido en un reclamo recurrente para vecinos y turistas; no en vano, sus dos cubiertas son perfectas para celebrar paseos familiares, fiestas o sesiones fotográficas. Nada que ver, en cualquier caso, con el uso que, desde ese 2022, recibe por Navidad, sirviendo de vehículo privilegiado a al Cartero Real de los monarcas de Oriente. Una vistosa labor para la cual ya está todo a punto en el amarradero del Puerto Deportivo de la ciudad en el que, a estas horas descansa.
Así, el ‘Gijón Christmas Boat’ comenzará a prestar servicio los días 6, 7 y 8 de diciembre, en horario de 16 a 20 horas. Durante la primera hora la embarcación permanecerá en el muelle, de modo que los niños puedan acceder libremente a ella para entregar sus cartas; a continuación, desde las 17 horas comenzarán los recorridos costeros, de veinticinco minutos cada uno, con villancicos y luces mediante, y a un precio por persona de seis euros para los niños y siete para adultos. Tras una pequeña ventana de reposo, el buque volverá a navegar el 14 y el 15 de diciembre, y después, ininterrumpidamente del 21 de diciembre al 4 de enero; eso sí, en todos esos casos el horario pasará a ser de 15 a 20 horas, con la entrada gratuita para la recogida de cartas establecida de 15 a 16. Así mismo, conviene recalcar que los días 24 y 31 de diciembre los paseos finalizan a las 18 horas, y que el 25 de diciembre y el 1 de enero el ‘Isla Erbosa’ abrirá sus puertas a a las 17, sin que haya visitas gratuitas; sólo realizará los paseos. En todos los casos, el aforo máximo será de doce personas, que viajaran al cuidado de una tripulación formada por un patrón y un marinero.
«Estamos ilusionados… Y un poco nerviosos, la verdad; tenemos muchas ganas», ríe Paula Álvarez. Ella, como todo el equipo de Asturboats, ya tacha en el calendario los días que quedan hasta el gran momento, cada vez menos. Porque, como es norma, la Navidad se hace esperar… Pero siempre acaba llegando. Incluso, por mar.