La cita tendrá por objeto analizar lo hecho hasta ahora, identificar las actuaciones pendientes y analizar el convenio de cesión del uso de la franja pendiente; el Ayuntamiento se opone a cualquier opción que no implique la total entrega de dicha parcela a la ciudad

Fue el gran colofón de la última reunión del Consejo Social de Gijón, celebrada con carácter urgente el pasado viernes para abordar los problemas en torno a ‘Naval Azul’: tras dos horas de tensión, reproches y falta de entendimiento, Nieves Roqueñí, presidenta de la Autoridad Portuaria, volvía a ofrecer a la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón, la posibilidad de sentarse cara a cara para buscar una solución al entuerto por la franja de terreno pendiente de entregar al municipio… Y la alcaldesa recogía el guante. Pues bien, ese encuentro comprometido ya tiene fecha. Será el próximo martes, 27 de mayo, cuando ambas líderes se den cita, con la mirada puesta en tratar de desenmarañar una situación que, a fecha de hoy, amenaza con empantanar el futuro del gran proyecto para los terrenos de la extinta Naval Gijón. Ahora bien, nada garantiza que de dicho encuentro vaya a surgir una solución definitiva… Y es que la regidora ya dejó claro el viernes que el Ayuntamiento no aceptará ninguna opción que no pase por la total y completa cesión de la polémica franja al municipio, tal como se comprometió en el acuerdo de compra, por parte de la urbe, del resto de la parcela en manos del Puerto.
Según las informaciones facilitadas por ese último organismo, el objetivo de la reunión será examinar conjuntamente las actuaciones realizadas en el expediente hasta este momento, identificar aquellas pendientes de acometer y, fundamental para los de Roqueñí, realizar un análisis del borrador de propuesta de convenio patrimonial para la cesión. Una cesión, no lo olvidemos, que afectaría no a la franja como tal, sino a su uso, de modo que la propiedad seguiría bajo titularidad de la Autoridad Portuaria. Ese fue el detonador que hizo estallar la buena sintonía entre ambos organismos, pues desde el Puerto se pretende no sólo conservar la conexión con la lámina de agua, sino instalar allí un punto de acceso para la realización de actividades náuticas sin motor. Ahora bien, de justicia es detallar que en El Musel también se han ofrecido a costear la construcción en la franja del paseo marítimo inicialmente previsto, sin que al Consistorio le suponga gasto alguno; de aceptarse el convenio, prometió Roqueñí, esa obra podría estar acabada antes de fin de año. Y es que, zanjan desde el Puerto, su disposición de cara al encuentro del 27 «es trabajar en positivo y con una actitud constructiva, desde la consideración de que existen más coincidencias que discrepancias entre ambas instituciones».