Aunque los últimos tiempos han demostrado que las previsiones no siempre se cumplen, me he propuesto empezar el 2021 desgranando los -a priori- grandes temas a seguir en el próximo año en el ámbito de la Unión Europea (UE). Sirva este texto como breve guía para cualquier ciudadana o ciudadano interesado en la actualidad europea y sus implicaciones para Asturias. Allá vamos:
En primer lugar, este año estará marcado por el proceso de vacunación contra el COVID-19. Las autoridades de la UE seguirán evaluando y aprobando nuevas vacunas para su comercialización en el mercado único europeo, y coordinando su reparto y envíos a los Estados miembros. Recordemos que la campaña de vacunación empezó de forma simultánea en los veintisiete países de la Unión, y que la Comisión Europea ha dado ya luz verde a las campañas de Pfizer y Moderna, y es muy probable que apruebe también la de Oxford-AstraZeneca en una reunión el próximo 29 de enero.
Aunque la campaña de vacunación en sí misma depende de las administraciones autonómicas -y en Asturias está siendo todo un éxito-, la evaluación de que los fármacos cumplen con las garantías para su distribución y la firma de los contratos con las empresas fabricantes dependen de la UE, lo que garantiza el suministro de dosis en todos los Estados miembros. Una nueva evidencia de que la pertenencia a una unidad política como la Unión Europea beneficia directamente a la ciudadanía en la respuesta a los grandes retos del mundo globalizado, como la lucha contra la pandemia del coronavirus.
«Las autoridades de la UE seguirán evaluando y aprobando nuevas vacunas para su comercialización en el mercado único europeo, y coordinando su reparto y envíos a los Estados miembros«.
Por otra parte, en 2021 se producirán los primeros desembolsos del paquete europeo de recuperación. Por un lado, a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia llegarán a los Estados miembros los primeros fondos para sufragar sus planes nacionales de recuperación. Por otra parte, este es el primer año en el que opera el nuevo Marco Financiero Plurianual, es decir, el presupuesto de la UE a largo plazo, en el que se han conseguido salvaguardar las partidas correspondientes a la Política Agrícola Común y los fondos estructurales europeos, de enorme importancia para nuestra región.
Asimismo, Asturias será beneficiaria del Mecanismo de Transición Justa (MTJ), que facilitará la transición ecológica ofreciendo subvenciones y créditos en condiciones favorables a administraciones públicas y empresas. Una gran oportunidad para avanzar hacia un tejido productivo sostenible económica y medioambientalmente.
En relación con el Pacto Verde Europeo, en el que se integra el MTJ, también tiene mucha importancia para Asturias el desarrollo del Ajuste de CO2 en frontera. Se trata de un impuesto verde que permitirá a la industria europea no perder competitividad frente a la de países terceros por el cumplimiento de las nuevas normas medioambientales de la UE.
«El pacto alcanzado por ambas partes el 24 de diciembre pasado es un acuerdo de mínimos, por lo que, aunque ha logrado evitar el caos en el momento del divorcio, sí acarreará cambios notables«.
La industria asturiana y el gobierno regional se han manifestado de manera muy favorable a la introducción de este arancel, para el que ya existe un calendario vinculante: este año verá la luz la propuesta legislativa de la Comisión Europea, y el nuevo impuesto entrará en vigor en enero de 2023.
Por otro lado, está por ver cómo se consolidará la relación de los Veintisiete con el Reino Unido, ahora ya completamente fuera del club. El pacto alcanzado por ambas partes el 24 de diciembre pasado es un acuerdo de mínimos, por lo que, aunque ha logrado evitar el caos en el momento del divorcio, sí acarreará cambios notables en la vida de los ciudadanos británicos y europeos.
Uno de los grandes puntos en los que no ha habido acuerdo es el programa Erasmus +, en el que, a partir de ahora, no participará el Reino Unido. Actualmente, la Universidad de Oviedo cuenta con 58 acuerdos Erasmus con 39 instituciones del país británico, entre las que figuran las de Cambridge, Oxford, Manchester, Sheffield, Glasgow o Southampton. La continuidad de la movilidad del alumnado de la universidad asturiana al Reino Unido está garantizada en los próximos dos años bajo el paraguas del programa Erasmus, según explica el vicerrector de Extensión Universitaria y Movilidad Internacional, Francisco José Borge.
A partir de ahí, es muy probable que los convenios sigan adelante, pero será ya fuera del programa Erasmus -y su financiación-, a través de acuerdos como los que existen en la actualidad con universidades de otros países no comunitarios. El de la movilidad de estudiantes universitarios es solo uno de los asuntos en los que el Brexit, aunque sea con acuerdo, impactará en la ciudadanía de la Unión. Por tanto, habrá que seguir prestando atención a este asunto.
En cuanto a las relaciones de la UE con Estados Unidos, la toma de posesión de Joe Biden y Kamala Harris como nuevos presidente y vicepresidenta del país el pasado jueves, 20 de enero, abre un nuevo capítulo en las relaciones trasatlánticas, en el que se espera recuperar la tradicional alianza entre la Unión y Washington. Aunque la llegada de los demócratas al poder tras el mandato de Donald Trump resulta muy esperanzadora, habrá que esperar unos meses para poder evaluar con claridad cómo enfoca las relaciones con la UE la nueva Administración estadounidense.
Por último, otro de los grandes asuntos del próximo año en clave europea son las elecciones alemanas del próximo mes de septiembre, a las que no concurrirá la canciller Angela Merkel. Merkel es la dirigente comunitaria que más tiempo lleva en el cargo -desde 2005-, y su actitud hacia la UE ha variado mucho a lo largo de estos más de tres lustros: de la mano dura con los países del sur durante la crisis económica de hace una década, a la aprobación final del histórico paquete europeo de recuperación durante la presidencia alemana del Consejo de la UE del segundo semestre del 2020, pasando por su importante papel en la crisis de los refugiados sirios en 2015 y la firma del acuerdo migratorio con Turquía en 2016. Con luces y sombras, Merkel ha liderado durante estos años a la Unión, y el fin de su etapa al frente de la primera economía europea abre un gran interrogante sobre el futuro tablero político europeo.
Aunque el nuevo líder de la Unión Demócrata Cristiana, el partido de Merkel, ya ha sido elegido -es el ministro-presidente del Estado alemán de Renania del Norte-Westfalia y representante del sector centrista de la formación, Armin Laschet-, habrá que esperar todavía para conocer al cabeza de cartel del partido de la actual canciller, que concurre a los comicios de septiembre en coalición con la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU). Lo que ya sabemos es que se enfrentará al actual ministro de Finanzas y vicecanciller, Olaf Scholz, candidato de los socialdemócratas germanos en las elecciones de este otoño. Un tema, la carrera electoral alemana, que habrá que seguir con atención en los próximos meses, y que inicia un ciclo electoral muy importante para la UE, que culminará en las elecciones presidenciales francesas de 2022.
Habrá que esperar unos meses para poder evaluar con claridad cómo enfoca las relaciones con la UE la nueva Administración estadounidense.
Además, en las instituciones comunitarias se seguirán tomando decisiones de gran calado, que nos afectan a todos y todas, aunque sea de forma imperceptible. Se trata, por ejemplo, del desarrollo de acuerdos comerciales y de inversiones con países terceros, de las negociaciones para alcanzar un acuerdo interinstitucional sobre la nueva política europea de migración y asilo, o de la regulación de las empresas tecnológicas y el proceso de digitalización en la UE. Así pues, el 2021 se presenta como un año intenso en el panorama europeo. Seguiremos informando.
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