La pareja de amigas asociadas a cargo de La Cantina y El Placer Tropical ha tomado las riendas de La Terraza de la Feria, el espacio ubicado en la primera planta del Pabellón Central con clientes de la talla de Barbón: «Seguimos con ganas de pasarlo bien»
María Eugenia Alejo Sánchez y Cristina Fernández Cabal empiezan los primeros minutos de la mañana a todo trapo. Hay que todos los detalles listos para el catering del evento para esta tarde, hablar con proveedores, mover un cañero, dar órdenes a ayudantes… Parar para esta pareja de amigas y hosteleras presentes en la Feria de Muestras no es opción, pero tampoco de extrañar, ya que coordinar a un equipo de 24 personas en torno a tres establecimientos debe tener su complejidad. Y es que lo que empezó siendo una aventura fuera de lo profesional para los matrimonios associados a cargo de La Cantina y El Placer Tropical el año pasado, se ha convertido en una desafiante aventura que suma a La Terraza de La Feria, un tranquilo espacio a caballo entre el edificio del Palacio de Congresos y el Pabellón Central donde huir del bullicio y disfrutar de menús con algo más de sofisticación es posible sin salir del Luis Adaro.
Para sus responsables, la cuestión se resume en que siguen «con ganas de pasarlo bien» y disfrutar de la compañía mutua, el trabajo familiar bien hecho y la merecida recompensa que sucede al intenso trabajo en la feria gijonesa, un afán que nació hace ya tiempo cuando en su tiempo libre afrontaron la gestión de la cantina del campo de fútbol del CODEMA. Saltaron entonces del verde a dos de las terrazas incluidas en la zona de bocaterías, parrillas-restaurante y bares del ferial (zona C del mapa), a mano derecha del Pabellón Central. A un lado de la acera, la cosa va de la comida típica de Feria: bocadillo de calamares, hamburguesa, chorizo criollo… Al otro en cambio, manda el tardeo a ritmo de música en directo y el sonido del brindis con sus famosos mojitos de entre la carta de cócteles caseros que preparan. En ese contexto no resulta difícil imaginar el «buen rollo» que ambas sostienen que caracteriza ambos espacios.
La Terraza de la Feria es otra cosa. No muchos visitantes la conocen, sus discretos accesos (a través de la pasarela entre ambos pabellones y en el ascensor del Central justo debajo del espacio) pasan desapercibidos, pero quizás esa presencia inadvertida sea la que hace de esta terraza y su comedor «flotantes» un lugar único en FIDMA. Las gerentes confiesan que han tenido la suerte de contar en su mayoría con visitas institucionales de importantes cargos como el Presidente del Principado, Adrián Barbón, quien eligió el cuidado menú de la terraza hasta en dos ocasiones. «Fue muy agradable», expresan.
La oferta por la que las dos amigas optan en su carta pasa por una «cocina clásica» que busca calidad a precios asequibles, con menú del día por 17€ y 15€ para compañeros de otros expositores y elaboraciones como cabrito, chipirones o ventresca que suelen triunfar entre los clientes. También han podido organizar el catering para algunos eventos que se organizan en el Pabellón del Palacio de Congresos y «la sensación ha sido muy buena, la gente se queda contenta», aunque el reclamo principal está claro para las dos: disfrutar del jolgorio de la Feria desde la distancia que suele otorgar un palmo más de suelo.