Las tres empresas, asturianas y especializadas respectivamente en reforma de interiores, jardinería y carpintería, concurren juntas a la Feria para demostrar al público que seriedad, profesionalidad y experiencia no están reñidas con la juventud

Supongamos que, cierto día -bueno o malo, según se mire-, una determinada persona debe, quiere y puede enfrentarse a ese momento que, antes o después, les llega a todos los propietarios de una vivienda: acometer una reforma. Del tipo que sea, no importa. Tal vez consista en renovar por completo el cuarto de baño… O, quizá, en acometer una modernización completa de la carpintería del hogar… O, por qué no, poner a punto esas parcelas ajardinadas que imprimen verdor al conjunto. Nada de ello suena descabellado, ¿verdad? Pero… ¿Y si fuese factible encontrar todos y cada uno de esos servicios aglutinados bajo en un mismo espacio, sin tener que hacer malabares contactando con varias firmas descoordinadas entre sí y, además, con el aval de años, si no décadas, de experiencia? Esa es la premisa sobre la que estos días, con motivo de la 68ª Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), trabaja el triunvirato formado RefOmar, Santvivero y Prisma. Versadas en adecuación de interiores, jardinería y carpintería, respectivamente, estas tres empresas con sobrada experiencia y pedigrí asturiano han decidido asociarse para ofrecer a los visitantes una atención integral que, de paso, permita visibilizar su gran elemento diferenciador: que ni Omar Pérez, ni Santiago Argüelles, ni tampoco Saúl Ordóñez, gerentes de cada una de ellas, son sólo hombres de traje, corbata y oficina. También lo son de mono de trabajo y herramientas. De administrar y de bajar a la obra. De esforzarse.
«Abarcamos todos los aspectos del domicilio; por eso decidimos trabajar juntos, para dar un servicio lo más completo posible«, detalla Pérez, erigido en portavoz de este equipo multidisciplinar que este año se estrena en la FIDMA. Con dieciséis años de experiencia en el sector del interiorismo, no cabe duda de que sabe de lo que habla… Al igual que sus compañeros, que en ambos casos representan a la tercera generación al frente de sus respectivos negocios. Un amplísimo bagaje que se traduce, cómo no, en una buena implantación en el mercado. «Trabajo no nos falta, eso es cierto; de hecho, a menudo el problema es encontrar la mano de obra, pero los encargos llegan«, ahonda Pérez, satisfecho al constatar que, por ese flanco, la supervivencia de las tres compañías no está, ni mucho menos, en peligro. Claro, que esa perspectiva no depende únicamente de la tradición que acarreen sobre sus espaldas… Hace falta algo más. Concretamente, saber y buen hacer, dos factores en los que RefOmar, San Vivero y Prisma ponen especial cuidado. «La política de nosotros tres es común: nos gusta ofrecer un trato totalmente personalizado al cliente, huir de presupuestos o propuestas genéricas. preferimos perder un poco más de tiempo, funcionar de la forma más cercana posible, para que no haya sustos ni sorpresas«.
Claro, que hay elemento más que convierte a este trío en una opción diferente a la de sus potenciales competidores: la juventud. Y ese espíritu también tiene una traducción a pie de obra. Efectivamente, si de algo se enorgullecen Pérez, Argüelles y Ordóñez es de combinar la gestión empresarial y la planificación de proyectos con el trabajo físico. Dicho burdamente, con enfundarse el buzo y ponerse manos a la obra. «No somos simples comerciales; estamos a pie de labor, y sabemos lo que hacemos, pero la construcción no es sólo ser rudos… También es posible asumir esa otra función«, expone el primero de los tres. Sirva como ejemplo que el stand en el se hallan, ubicado en el Pabellón 5 de la FIDMA, ha sido elaborado de principio a fin por ellos, sin recurrir a terceros, ni optar por elementos prefabricados. Y el público parece notarlo… Sobremanera desde la pandemia, cuando se propagó la idea general de que «hay que invertir en la vivienda; cierto es que pasamos mucho tiempo fuera pero, cuando toca quedarse dentro, mejor tener el hogar a punto«. En fin, unos buenos vientos que RefOmar, Santvivero y Prisma pretender aprovechar estos días, con la aspiración nada utópica de que, al acabar la Feria, «se asocien nuestro nombres con seriedad, profesionalidad y calidad, a todos los niveles«. Al fin a al cabo, las revoluciones comienzan con pequeños gestos… ¿Por qué no podría ser el de estos tres jóvenes el que desate el gran cambio en el mundo de las reformas?