Pese a lo espectacular del operativo, el hombre sólo requirió la cura de algunas magulladuras y contusiones una vez fue depositado a salvo en tierra
La sociedad en su conjunto ha desarrollado un muy lógico y, sí, también humano interés por todo cuanto supone accidentes, operaciones de rescate y despliegues para salvar las vidas de tercero. Pues bien, de haber sido más los testigos presentes ayer sábado en Gozón, el espectáculo habría sido, sin duda, masivamente inmortalizado con decenas de smartphones… Y es que, mediada la mañana, efectivos del Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias, a bordo de uno de los helicópteros medicalizados adscritos al Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), protagonizaron un impresionante rescate para sacar del agua a cierto pescador que se había precipitado accidentalmente al Cantábrico la altura de Moniello. Afortunadamente, y pese a lo aparatoso del incidente, el hombre sólo tuvo que ser atendido, ya en tierra firme, de algunas magulladuras y contusiones.
El propio SEPA ha confirmado que el aviso se recibió a las 10.30 horas. En la llamada se indicaba que un hombre, durante el ejercicio de la pesca. Bastó esa escueta información para que la aeronave despegase a los pocos minutos, al tiempo que, por tierra, partía unidades del parque de bomberos de Avilés; también se dio aviso a Salvamento Marítimo, a la Guardia Civil y al Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU). Ahora bien, no hizo falta que ninguno de esos tres últimos cuerpos interviniese… Una vez sobre el escenario, los rescatadores no tardaron el localizar al sujeto, que permanecía en la superficie a cierta distancia de la costa, arrastrado por la corriente. Con el helicóptero en vuelo estacionario, uno de los rescatadores se lanzó a por el individuo, y a las 10.51 horas ambos estaban ya a salvo y camino a tierra. La operación se dio por finalizada a las 11.23.