Los bomberos de la ciudad ya han procedido a retirar los cascotes acumulados en la acera, que no han provocado daños personales, ni interrumpido el desarrollo de las clases
Tras una noche marcada por la lluvia y las rachas de viento que han barrido Gijón, sus primeros efectos han comenzado a hacerse patentes desde primeras horas de esta mañana. Y uno de los primeros lugares en los que esa factura se ha puesto sobre la mesa ha sido el Centro de Educación Secundaria (CES) San Eutiquio La Salle, situado al pie del cerro de Santa Catalina. Parte de su alero se ha venido abajo como consecuencia del mal tiempo nocturno, aunque, afortunadamente, sin sorprender a ningún estudiante, docente o transeúnte. Por su parte, los los equipos de limpieza ya han procedido a retirar los cascotes acumulados en el lado del complejo que da a la calle Camín de la Fontica, y bomberos de la ciudad están evaluando la integridad del resto del edificio.
La sorpresa de muchos de los estudiantes del instituto ha sido mayúscula cuando, al llegar al centro aún con la oscuridad reinando en la urbe, se han encontrado con las masas de restos y con los vehículos de emergencias. No obstante, la ilusión de algunos de que el suceso obligase a suspender las lecciones no ha tardado en disiparse; desde la dirección del San Eutiquio han confirmado que las clases se desarrollarán sin dificultades, ya el desprendimiento se produjo en una entrada secundaria, y que las aulas no se han visto afectadas.