El encuentro ‘Gijón Baloncesto, años dorados’ reunió en el Centro Municipal Integrado Pumarín-Gijón Sur a exjugadores, técnicos y directivos del recordado club en una mañana llena de humor y nostalgia con presencia de ilustres como Scola, ‘Vallecas’ Hernández o Bill McCammon

Hace ya 16 años del último partido del Gijón Baloncesto, pero su memoria sigue muy viva, como se demostró esta mañana en el Centro Municipal Integrado Pumarín-Gijón Sur, donde se celebró la mesa redonda ‘Gijón Baloncesto, años dorados’, organizada por el Gijón Basket, Fundación Caja Rural de Gijón y miGijón, en la que participaron jugadores, técnicos y directivos de todas las etapas. Un encuentro muy necesario que pudo ser realidad gracias al arduo trabajo encabezado por Eduardo Pando, Iván Noval y Andreu Laov y que tanto la numerosa afición presente, en algunos casos con equipaciones y símbolos del club, como los invitados, muchos desplazados a Gijón desde otros puntos, como es el caso de Bill McCammon, residente en Chipre, agradecieron. Y es que Gijón demanda baloncesto de primer nivel y echa en falta a su club.
Alberto Rodríguez hizo de maestro de ceremonias de un acto que tenía prevista una duración de hora y media y que se alargó inevitablemente a las dos horas y media. Éste se distribuyó en tres bloques diferentes, esto es, los orígenes del club, crecimiento y consolidación, y los años dorados y el ascenso a la Liga ACB, y entre cada uno de ellos se proyectaron diferentes vídeos con mensajes de excomponentes para sus compañeros y para la afición, además de otros con imágenes históricas al principio y al final del evento. Sin duda, ésta fue la parte más emotiva de una mañana marcada por el humor y las anécdotas, con dedicatorias muy especiales, sobre todo las de las de las viudas de Whisby y Ed Johnson, las dos últimas en proyectarse. Antes Isma Torres, Robles, Yebra, Pacreu, Luis Casimiro, De Pablos, Vicente Blanco, José Ramón González, Fisher, Fuller, Holland y McDowell mostraron su simpatía y cariño a la entidad y a la ciudad.
Los orígenes
El primer bloque estuvo protagonizado por los ex jugadores Lolo Solís y Carlos Rodellar, el delegado Nacho Friera, el tesorero José Luis Martínez y el locutor de radio Manfredo Álvarez. Solís, único fundador que fue jugador del club, quiso recordar el tercero de los ascensos del Gijon Baloncesto: «Para estar en ACB primero pasamos por Melilla, en el año 82. Y hubo que ganar ese sector para estar en Primera B». Una fase final que no resultó sencilla porque la derrota en el debut «nos obligó a ganar todos los partidos». Recuerdos de los primeros americanos, del pabellón de La Arena, «una caldera», como dijo Rodellar, ocuparon esta primera media hora. También las anécdotas relatadas por Martínez para la conversión a SAD, quien recordó que «somos el único club de España que conseguimos hacer la ampliación de capital con la gente, los socios», y expresó que «ojalá que esto sea el germen para que se pueda ver otra vez ACB en Gijón».
Consolidación
Los invitados para hablar de la consolidación de la entidad fueron los jugadores Antonio Campoamor, Pablo Noguero, Roberto Carvajal, José Manuel Calvelo y Juan Antonio ‘Vallecas’ Hernández, el técnico Víctor Lago y el directivo Aquilino Tuya, quien lamentó la temporada 87-88, «cuando ascendían ocho equipos y nosotros dejamos escapar aquella oportunidad con un equipo que teníamos buenísimo». También rememoró la vuelta del viaje en autocar desde Calpe en la campaña del primer ascenso, la 94-95, cuando el presidente «Tino Grana, que en paz descanse, en la parte de atrás cada poco me llamaba y me decía ‘tenemos que echar a Bill, tenemos que echar a Bill, porque no vamos a llegar’. Y yo, ‘Tino, cómo vamos a echar a Bill con la temporada que llevamos». Al final se consiguió la clasificación para la fase final, que se disputó en Gijón con el resultado que todos conocemos.
Calvelo, por su parte, destacó que «aquí aprendimos a ser profesionales. El club, desde mi año, siguiendo un poco las bases de lo que fue todo, quiso ser profesional y, a la vez, quiso que todos fuésemos profesionales. En todas las esferas» e incidió en que «Gijón creció con el baloncesto». La figura de Emilio de Diego salió a coalición y se recordaron anécdotas de negociaciones en sus fichajes, así como otras anécdotas de la época en viajes y con jugadores y entrenadores. Como hizo Carvajal, que contó como las victorias se convertían en barbacoas en casa de McCammon.
Años dorados
En el bloque final, el de los años dorados participaron los jugadores Rubén Suárez, Javi Rodríguez, José Carreño, Luis Scola, el propio técnico McCammon, el directivo Chema del Busto y el speaker Jorge Artime. «Para mí fue muy impactante emocionalmente venir porque un poco fue el principio de todo lo que fue mi viaje en el basket», expresó Scola, que recaló en Gijón con 18 años, antes de confesar que «estoy muy orgulloso de ser parte de esa época y ojalá que vuelva a pasar en algún momento». Mientras, el entrenador estadounidense, un trotamundos del baloncesto que mostró con humor su sorpresa por lo del autocar de Calpe, arrancó las sonrisas de todos los presentes con numerosas anécdotas en la última de las intervenciones y se sinceró reconociendo «en mis 40 años tengo dos o tres equipos especiales, y uno es el del ascenso».
Para finalizar el acto, se miró al futuro, a la cantera, y al escenario subieron niños y niñas del Gijón Basket, Arbeyal, Grupo, Pumarín, Estudiantes Número 1 y Fodeba con sus equipaciones, que formaron parte de la foto de familia. Porque el baloncesto en Gijón tiene recorrido.