En el caso del segundo suceso, el vehículo se deslizó por una cuesta hasta colisionar con un hórreo, que se desplomó sobre él; en el primero, la alarma se dio cuando la víctima fue vista sumergiéndose en el agua, pero sin volver a la superficie

La de este viernes ha sido una jornada marcada por la tragedia en el municipio de Cudillero. Y, además, por si no fuese suficiente, por partida doble. Tres personas perdían la vida a lo largo de la jornada en distintos puntos del concejo, víctimas de dos incidentes: uno marítimo y otro, terrestre. En el caso del primero, un joven fallecía ahogado en la playa de La Concha de Artedo, mientras que en el segundo un hombre y su hijo resultaban muertos después de que el tractor en el que se encontraban se deslizase por una cuesta y chocase contra un hórreo, que se desplomó sobre el vehículo. En ninguno de los dos hechos los servicios de emergencias pudieron hacer nada por salvar a los afectados.
Fue con el acontecimiento de La Concha de Artedo con el que se inició la ‘crónica negra’ del día de ayer. A las 16.08 horas el Centro de Coordinación del 112 en Asturias recibía el aviso, de parte del Servicio de Salvamento, de que lo que en un primer momento se pensó que era un niño había desaparecido en el río de la playa. No tardó en aclararse que, en realidad, se trataba de un joven, que se había zambullido en el agua, pero que no había vuelto a la superficie. De inmediato se movilizó al equipo de rescate, a bordo de la aeronave medicalizada; una vez en el lugar, los bomberos-rescatadores que tripulaban el helicóptero localizaron el cuerpo, se lanzaron a por él y lo sacaron a tierra. No obstante, de nada sirvieron las maniobras de RCP hechas por la médico-rescatadora; los profesionales de emergencias sólo pudieron confirmar la muerte por ahogamiento del muchacho.
Horas después, ya en la noche, un segundo drama se cernía sobre la localidad de Arrojas, también en Cudillero. En este caso, la alerta se daba a las 23 horas, notificando en ella que un tractor se había ido cuesta abajo por un prado, quedando bajo un hórreo que, a su vez, se había derrumbado. A su llegada a la zona, los bomberos constataron que el menor, que todavía permanecía en la cabina, había fallecido; sin embargo su acompañante, un adulto que había salido despedido del tractor a consecuencia del choque, todavía estaba vivo. Por ello, fue atendido y estabilizado antes de trasladarlo al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde, a pesar de todos los esfuerzos, falleció.