Los esfuerzos policiales se han centrado en los partidos disputados en el Tartiere contra el Leganés, el 27 de enero y que desembocó en pelea, y contra el equipo cántabro, el 16 de marzo, en el que los enfrentamientos se evitaron
La teoría es meridianamente clara: el del fútbol debería ser un ámbito de deportividad, de sana competitividad, de respeto entre oponentes. Sin embargo, la historia se ha encargado de demostrar que, a la hora de la verdad, y aunque de forma minoritaria, no siempre sucede así. Y el estadio del Real Oviedo, el emblemático Carlos Tartiere, ha sido prueba de ello en fechas recientes. De hecho, la Policía Nacional identificó a varias decenas de ultras con motivo de los partidos disputados por el equipo local contra el CD Leganés, el pasado 27 de enero, y el Racing de Santander, este 16 de marzo. Afortunadamente, si bien en el primero de los encuentros no fue posible evitar ciertos conatos de pela, sí se evitó cualquier enfrentamiento en el segundo, aunque se llegaron a intervenir artefactos pirotécnicos, aerosoles de autodefensa e, incluso, un hacha de grandes dimensiones.
Según ha notificado el propio cuerpo policial, el día del partido entre el Oviedo y el Leganés un grupo de unos setenta aficionados radicales del club local fueron vistos en las inmediaciones del campus de El Cristo, dirigiéndose hacia otro grupo, esta vez de unas treinta personas, del equipo visitante, que se encontraba en actitud pacífica. El dispositivo de seguridad se activó de inmediato, pero eso no impidió que la hostilidad creciese, y que se llegasen a arrojar botellas de cristal entre ambos colectivos. No obstante, los agentes disolvieron la pelea antes de que llegase a más, y aunque varios de los participantes ocultaban sus rostros con capuchas, pasamontañas y gorros, fue posible identificar a más de una treintena de ultras del Oviedo, que han sido propuestos por in fracción administrativa. Posteriormente, otros seis seguidores del Oviedo fueron expulsados de la grada de animación del Tartiere.
Mucho mayor fue la preocupación en la jornada del encuentro contra el Racing, partido catalogado como de alto riesgo por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. La fortuna y la presencia policial quisieron que, en último término, no llegase a ocurrir nada, aunque en los controles policiales se identificó a más de un centenar de radicales de las Juventudes Verdiblancas, adscritas al club cántabro, que acudieron a bordo de vehículos particulares, para tratar de burlar a los uniformados. Semejante táctica de nada les sirvió, y antes de que llegasen a las manos con aficionados del Oviedo, se les incautaron un spray de defensa personal, un artefacto pirotécnico, varios pasamontañas, pegatinas con mensajes violentos y, por si no fuera suficiente, sustancias estupefacientes y un hacha de grandes dimensiones. Siete de los identificados han sido propuestos por infracción.