El Gobierno, a través del área de Medio Ambiente, activa una campaña para lograr la armonía entre ambos conceptos durante la temporada de verano; incluye límites en las excepciones a la normativa sobre ruido, mediciones y un nuevo marco legal

A todos nos gusta divertirnos. Y a todos nos gusta descansar. Y, por imposible que pueda parecer a simple viste, existen formas de que ambos placeres coexistan sin que los amantes de uno de ellos salgan perjudicados. Lo único que hace falta es recurrir a ese valor que, en demasiadas ocasiones, parece verse relegado a un plano secundario: el respecto. Con esa idea en mente, y coincidiendo con la temporada veraniega y con el inminente inicio de la Semana Grande de Gijón, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ha puesto en marcha la campaña ‘Vive y deja dormir‘, una iniciativa por la concienciación orientada a fomentar la convivencia ciudadana y a reducir las molestias derivadas del ocio nocturno en los entornos urbanos más concurridos. A tal fin, se han establecido límites concretos en las excepciones a la normativa de ruido, y se implementarán otras medidas, siempre con un objetivo claro: garantizar el derecho al descanso sin renunciar a una ciudad viva y festiva.
Por lo que a los horarios de los conciertos y eventos nocturnos se refiere, los viernes deberán finalizar no más tarde de las 2.30 horas, un tope que, en el caso de los sábados, se extiende hasta las 4 horas; lógicamente, ese valor máximo se ve muy mermado entre el domingo y el jueves, cuando se fija en la medianoche, con la sola excepción de las vísperas de festivos, caso en el que podrá prolongarse hasta las 4 horas. Claro, que lo anterior, por sí solo, no basta… De ahí que en Medio Ambiente hayan apostado por implementar cambios estructurales en la normativa; como paso previo, y para conocer el escenario actual, hasta finales de agosto y desde el mes pasado se están realizando mediciones sonoras en la plaza de la Corrada, el parque Hermanos Castro y las calles Marqués de San Esteban y Begoña, las cuatros ‘zonas cero’ del ocio en Gijón. A partir de ahí, se modificarán las infracciones y sanciones de la Ordenanza Municipal del Ruido, en vigor desde 2006, adaptando su aplicación a los actuales problemas de convivencia.
Ruidos en viviendas y por parte de mascotas, los grandes objetivos
Según aclaran fuentes del Gobierno municipal, el foco del nuevo marco sancionador no está en la hostelería, ni tampoco en la actividad económica -que mantiene los importes fijados hace casi dos décadas-, sino en los «comportamientos incívicos de carácter particular», como el exceso de ruido en viviendas particulares o por parte de animales domésticos. Con la mirada puesta en atajarlo, a partir de ahora sólo se permitirá un apercibimiento sin sanción en casos de superaciones leves, hasta 4 decibelos A (dBA); en cambio, los excesos más notorios, desde 5 dBA en adelante, implicarán multas progresivas según la gravedad. Y es que, detallan en Medio Ambiente, «no tiene sentido tratar igual a quien se pasa dos minutos con la lavadora encendida que a quien deja a su perro ladrando solo a las cuatro de la mañana con 55 dBA u organiza una fiesta en su casa con 78 dBA».
El propio concejal al frente del área, Rodrigo Pintueles, del PP, afirmaba esta semana, al dar a conocer el programa, que la meta última es que «Gijón siga siendo una ciudad alegre y viva, pero que también proteja el bienestar de quienes necesitan descansar. Fiesta sí, pero con respeto». De ahí que «la clave de esta estrategia es la búsqueda de una postura de equilibrio entre los derechos de los residentes y el desarrollo del ocio responsable».