La película, protagonizada por Kiti Mánver y aclamada por la crítica, narra el despertar sexual de Cruz, una mujer de edad avanzada y profundamente católica, jugando con el poder erótico de la figura de Cristo
La polémica cultural vuelve a estar servida en Gijón. Y, de nuevo, como ya ocurriese con el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) el año pasado, tanto el séptimo arte como el grupo municipal de Vox forman parte de la ecuación. La única concejala de dicho partido en la ciudad, Sara Álvarez Rouco, ha cargado frontalmente contra la proyección de la laureada película ‘Mamacruz’, que podrá verse gratuitamente este miércoles, a las 19.30 horas, en el Centro Municipal Integrado de El Llano, como parte de la XII Muestra de Cine Social y Derechos Humanos de Asturias. La cinta, dirigida por Patricia Ortega, protagonizada por la icónica Kiti Mánver y aclamada por la crítica desde su estreno el año pasado, combina los conceptos de vejez, erotismo y religión en un cóctel que, a juicio de Rouco, «vulnera la tolerancia, despreciando las convicciones personales en su empeño de escandalizar con su exhibición comercial».
Mánver, todo un referente de la escena interpretativa española, encarna a Cruz, una mujer de edad avanzada, profundamente católica y sexualmente reprimida… Hasta que un día, navegando por internet, su erotismo cobra vida. Un despertar que inmediatamente entra en conflicto con sus convicciones religiosas, y que la llevará a debatirse entre fe y deseo. La obra de Ortega fue presentada en el Festival de Sundance, donde cosechó elogios de toda clase, y resultó nominada en los Premios Feroz y Goya. Avales todos que no han convencido a Rouco. «Las creencias religiosas y las sensibilidades que se generan en torno a ellas deben de ser siempre respetadas, y más especialmente cuando se integran en la sociedad pacíficamente, sin generar enfrentamientos», argumentaba esta mañana, convencida de que, a la postre, ‘Mamacruz’ «entra en conflicto con esta idea».
Los cineastas «han elegido una vía poco afortunada para dar salida a sus confusiones, crisis personales, frustraciones y rechazos», acusa Rouco
Así las cosas, tanto la edil como su equipo han dejado claro su rechazo a la «utilización que se hace en esta película de símbolos y convicciones católicas profundamente arraigadas y, mucho menos, aprueba su patrocinio con dinero y recursos públicos por parte de las administraciones implicadas en este certamen». Más aún, para Rouco «resulta anacrónico en estos tiempos que los que se esconden detrás de una falsa progresía sigan empeñados en avivar polémicas revanchistas». Y, en último término, desde Vox «vemos con sorpresa los planteamientos de estos cineastas, porque son un ejemplo de frivolidad mundana y cargada de prejuicios. Han elegido una vía poco afortunada para dar salida a sus confusiones, crisis personales, frustraciones y rechazos, utilizando como estación de destino tanto la tradición católica, como todas las imágenes y representaciones que forman parte de ella».
Cabe recordar que la última vez que precisamente la injerencia de Vox en cuestiones cinematográficas costó al partido su expulsión del Gobierno gijonés. El pasado octubre los de Rouco, quien por entonces ocupaba la concejalía de Cultura, propusieron la revisión del Premio ‘Rambal’ que concede el FICX, y la inclusión de una categoría que reconociese a aquellas producciones que ensalzasen los valores tradicionales. Dos pretensiones que, finalmente, desembocaron en la ruptura del tripartito y el paso de Vox a la bancada de la oposición, previa salida de la formación del ‘número dos’ de Rouco, Oliver Suárez, quien aún hoy retiene la presidencia de Divertia en calidad de edil no adscrito.