Los diputados Javier Jové y Sara Álvarez Rouco afean la «memoria selectiva» del Gobierno de Barbón con su «intensa actividad de homenajes a las víctimas del franquismo», y critican su fomento de «la mentira de que sólo los muertos de su bando merecen respeto»

En una guerra no hay gloria alguna, ni héroes, ni tampoco vencedores. Sólo supervivientes. Y cuando callan los cañones, el humo se disipa y los muertos quedan a la vista, sin importar la bandera en la que se envolviesen en vida, no queda sino hacer recuento de los daños y tratar de preservar en la memoria el alcance de la tragedia para que, con suerte, no vuelva a repetirse jamás. Con esa idea en mente, desde hace años se suceden por toda España los actos de reconocimiento y homenaje a las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939)… Y este miércoles, en Gijón, Vox ha querido realizar el suyo propio, como ya hiciese el mes pasado en Aller, honrando con él a las «otras víctimas» de la contienda en la ciudad: 62 vecinos de la villa, simpatizantes de los rebeldes, que fueron fusilados por las autoridades de la Segunda República el 14 de agosto de 1936, en represalia por el bombardeo aéreo contra la población civil perpetrado por los alzados el día anterior. Sus restos descansan hoy en el cementerio de Jove; el mismo en el que los diputados Javier Jové y Sara Álvarez Rouco han conducido hoy el evento.
La placa colocada por ambos representantes políticos resume la intención final de este gesto. Sobre un fondo verde, la leyenda «A las víctimas del ‘Terror Rojo’ (1931-1952), olvidadas por las instituciones; siempre en nuestro recuerdo» trata de hacer las veces de contrapeso a lo que desde Vox se entiende como un uso partidista, por parte de la izquierda, de los fallecidos antes, durante y después del conflicto. Y es que, siempre a juicio de Jové y Rouco, de un tiempo a esta parte se observa «una intensa actividad de homenajes a las víctimas del franquismo, y a la declaración de diversos Lugares de la Memoria«, tendencia representada en Asturias por el Gobierno que lidera el socialista Adrián Barbón. «Vemos que esta memoria es selectiva y omite de cualquier recuerdo a las víctimas del Frente Popular, a las miles de víctimas asturianas del ‘Terror Rojo’, que son despreciadas por las instituciones«, han proseguido los dos dirigentes de Vox, para quienes los autores de dicho fusilamientos «fueron cómplices de un crimen colectivo, de un acto de barbarie y de la sed de venganza«.

Aun a pesar de compartir el mismo planteamiento, más incisiva en la verbalización del mismo se ha mostrado Rouco. La también concejala de Vox en el Ayuntamiento de Gijón ha cargado contra la Corporación que preside la alcaldesa Carmen Moriyón, de Foro, por haber habilitado en la web municipal un servicio para denunciar la presencia de placas con simbología franquista en edificios e infraestructuras de la ciudad. Una iniciativa, en opinión de Rouco, que no deja de ser «un error, como lo es toda la polémica ideológica que han montado las izquierdas sobre un pasado que están utilizando para sacar rédito político«. Tras esa última afirmación no ha sido difícil detectar una referencia a la Ley de Memoria Histórica que, a criterio de la política de Vox, «solo sirve para mantener abiertas unas viejas heridas, y abrir una brecha social«. Finalmente, ella y Jové han concluido trasladando a los presentes en el acto su deseo de que «el espíritu de concordia y convivencia acabe imponiéndose, y un día no muy lejano podamos rendir un homenaje conjunto, sin exclusiones, a todos aquellos que murieron en la fratricida Guerra Civil».