La entidad ve inadmisible incluir en el certamen a la exconcejala socialista de Gijón, encargada de presentar el miércoles la película ‘Ammonite’ y que, en diciembre de 2024, tachó la ‘+’ de las siglas LGTBIQ+ como un cajón de sastre en el cabía, incluso, la pedofilia
Una criatura cultural como la Muestra de Cine Lésbico de Asturias, que la próxima semana celebrará en la Escuela de Comercio de Gijón su IV edición, debería ser, por su propia esencia fundacional, un lugar para la integración, el entendimiento, la tolerancia… Sin embargo, incluso en su seno han surgido importantes disensiones. A menos de cinco días de su arranque, fechado para el lunes, la Asociación XEGA ha anunciado, por medio de un comunicado difundido en sus redes sociales, que no participará en el certamen en cuestión. Y la razón para ese descuelgue tiene un nombre y dos apellidos propios: los de Dulce Gallego Canteli, militante del PSOE, exconcejala en el Ayuntamiento gijonés y, en lo que a la Muestra se refiere, encargada de presentar el miércoles la película británica ‘Ammonite’. Una presencia, a juicio de XEGA, inadmisible a la vista de los comentarios vertidos por la aludida contra el significado de la letra ‘Q’ y del signo ‘+’ que integran las siglas LGTBIQ+; opiniones que, insisten en la entidad ausente, son incompatibles con el respeto a las identidades del colectivo. Hasta el momento, la organización de la Muestra no ha reaccionado, aunque sí lo ha hecho el PSOE local, que ha salido en defensa de Gallego y de sus trayectorias política y cultural.
La mecha de este cartucho de dinamita la prendía la propia exedil a finales de 2024. El 22 de diciembre de ese año, en un articulo de opinión titulado ‘A vueltas con la letra Q y el signo +‘, publicado en el diario El Comercio, Gallego apoyó la decisión del PSOE nacional de suprimir tanto la ‘Q’, de ‘queer‘, como el ‘+’ de sus documentos, páginas y redes oficiales, argumentando, en primer lugar, que el concepto ‘queer‘ «niega el sexo como realidad material y sostiene que el género construye identidad, es lo que cada uno siente y es cambiante; por la mañana uno puede sentirse muy mujer y, a lo largo del día, ir modificando«. Sin embargo, Gallego fue aún más expeditiva a la hora de cargar contra el ‘+’, un signo que, a su juicio, no es sino «un saco donde todo cabe; entre ellos, los que se denominan ‘pedosexuales’, eufemismo que aboga por relaciones intergeneracionales. ¿Qué hay detrás? Algo denominado pedofilia«. Horas después de que el texto de la discordia viese la luz, XEGA se lanzaba a la yugular de la socialista, acusándola de incurrir en una conducta flagrantemente discriminatoria, y recordando que, hoy por hoy, «promover discursos de odio es un delito«.
De aquellos polvos, estos lodos. Sin que, desde entonces, la autora del articulo haya expresado voluntad alguna de apearse de sus puntos de vista, en XEGA han optado por declinar la invitación formulada por los responsables de la Muestra. Y es que, si bien «desde el certamen han manifestado que no se hacen responsables de las opiniones de las personas colaboradoras«, el que se le haya abierto la puerta a Gallego ha llevado a la asociación a renunciar a su presencia, al entender que «no podemos apoyar un espacio que legitime voces que socavan los principios de seguridad, dignidad y bienestar de todas las identidades del colectivo«. Dicho esto, no hace falta matizar, aunque en XEGA lo hagan, que ese movimiento de pieza «no ha sido fácil«, y que, de todos modos, se reconoce el valor de la Muestras como herramienta con la que «dar visibilidad a la cultura lésbica» durante sus años de existencia. Aun así, el que Gallego figure en el cartel es, de todo punto, «una línea roja innegociable«.
Claro, que la exedil tampoco se ha quedado sola y desamparada tras el anuncio de XEGA… Tanto la Comisión Ejecutiva de la Agrupación Socialista de Gijón, como el Grupo Municipal Socialista presente en el Pleno municipal, han cerrado filas en torno a su compañera y han cargado frontalmente contra la postura de la asociación, alimentada «por diferencias de opinión o por no suscribir determinadas teorías o partes de una ley«. Más aún, desde ambas organizaciones el PSOE sentencia que «no puede haber democracia sin libertad de expresión» y que «la práctica de políticas de cancelación no se puede justificar sólo por discrepancias ideológicas«. Máxime, recuerdan los socialistas, hablando como se habla de alguien con la trayectoria de su afiliada, de quien destacan «su compromiso desde la clandestinidad con la Asociación Feminista de Asturias (AFA), su militancia antifranquista y su labor como trabajadora social en defensa de los derechos reproductivos«, así como su papel como concejala en los Gobiernos gijoneses que lideró la también socialista Paz Fernández Felgueroso.
Paralelamente, sus compañeros de partido han devuelto al presente su implicación en colectivos como la Tertulia Feminista Les Comadres o el Fórum de Política Feminista y Femes, y su reciente papel en la elaboración de la biografía de Adela Gabarri, presidenta de la Asociación Gitana de Gijón. Y concluyen, a la vista de todo lo anterior, aseverando que «el futuro de nuestra sociedad no puede construirse desde la exclusión, sino desde el respeto a la diversidad de pensamiento«.
Es curioso como la intolerancia se intente a veces disfrazar de progresismo, cuando en realidad se trata de dogmatizar y eliminar la sana polémica para que luego que cada cual forme su propia opinión.
Es inaudito el ataque a Dulce Gallego, que siempre se ha limitado a defender una postura feminista y es denostada precisamente por ello. Por desgracia a veces la política, así con minúsculas, ha hecho que ataques a otras mujeres que defienden lo mismo que Dulce hayan conseguido prácticamente retirarlas de la vida publica o por lo menos de la Política activa, esta vez con mayúsculas. Véase Carmen Calvo.
Pero con su pan se lo coman, la dignidad y el valor de las mujeres seguirá siendo una causa digna de ser defendida junto a la elección libre de la orientación sexual.