Quienes viven merodeando entre enchufes, contactos, universidades privadas, barrios de clase alta, vienen, sin ningún rubor a hablarnos de justicia social, de derechos, de modelos de ciudad para todas
Invertir en mejorar la educación pública y eso pasa por tener colegios modernos, adaptados, donde se abandone el modelo de los 70, es una apuesta por una mejora social que no todo el mundo entiende, especialmente aquellos que ven en la educación también un negocio.
Hace unos días leía incrédula como mi alcaldesa manifestaba su enfado públicamente por tener que realizar inversiones millonarias en tres colegios públicos, uno de ellos de educación especial, de la ciudad, que se habían beneficiado de fondos europeos para modernizarse, fondos conseguidos por el anterior gobierno municipal. Se quejaba de que las inversiones que habría que hacer en estos equipamientos públicos, donde van a educarse miles de niños y niñas de la ciudad era una carga para el presupuesto municipal, una carga que impedía o dificultaba la realización de otros proyectos que ella sí considera importantes para nuestra ciudad. Importantes como el soterramiento del Muro que tendrá que ser aparcado, como la adecuación y venta de una parcela para que se instale una universidad privada frente a las instalaciones de nuestra universidad pública, como antes defendieron a capa y espada la implantación en Nuevo Gijón de un hospital privado, como también defienden la privatización de los espacios públicos durante el verano o como pretenden privatizar la gestión de la limpieza de la nueva comisaría de la policía local.
Evidentemente la derecha de nuestro país entiende que los colegios públicos no cumplen esa función de relaciones sociales influyentes que quieren para sus hijos e hijas, relaciones que deben tener como fin último una agenda de contactos que les garanticen un desarrollo profesional y empresarial de éxito, porque esto amigas y amigos es el capital relacional que tanto cuida la derecha desde el principio de los tiempos y es por ello que una educación pública moderna, adaptada a los cambios de nuestro tiempo, diversa, crítica, basada en el pensamiento científico y filosófico, donde se trabajen las artes, las emociones y la mirada social les da tanto miedo y por eso, cuando se descuidan un poquito se les escapan estos discursos en los que manifiestan su enfado ante la “obligación” de tener que invertir en nuestros colegios públicos. Colegios donde estudian y estudiarán nuestros hijos e hijas, los de las clases populares, los de los barrios populares.
Hay ciertos tufos en los discursos que deben ponernos en alerta, ciertas perlas que no debemos dejar pasar porque son la manifestación última de quienes vienen a querer darnos lecciones.
Quienes viven merodeando entre enchufes, contactos, universidades privadas, barrios de clase alta, vienen, sin ningún rubor a hablarnos de justicia social, de derechos, de modelos de ciudad para todas, cuando a lo máximo que pueden aspirar en realidad es a vendernos humo detrás de grandes eslóganes vacíos de contenido.
Y sí, Xixón, perdón, Gijón Lidera muchas cosas y con este gobierno seguirá liderándolas, infografías que no llegarán a nada, licitaciones con una sola oferta, equipamientos museísticos con proyectos obsoletos pero con restaurantes de lujo, la inminente masificación turística que ya expulsa a vecinas de sus barrios, encarecimiento de la vivienda sin proyectos para vivienda pública, renuncia a la adquisición de edificios públicos para dar servicios a las vecinas, lideramos también los accidentes de tráfico sin un plan de movilidad adaptado a las ciudades de este siglo… sí, este es el Gijón que Lidera este gobierno.
Claro ejemplo de lo que es tergiversar las palabras de alguien….vamos típico de la izquierda que nos toca sufrir últimamente.
Por cierto que no te vea yo cenando en ningún «restaurante de lujo» ni yendo a un fisioterapeuta privado a dar un masajin…
Estaría bien leer algo más que el subtítulo. Lo que nos toca sufrir es una alcaldesa corrupta.
Vamos mejorando el chatGPT de los topicazos trasnochados…
Antes de escribir una columna, habría que revisar el uso de los signos de puntuación, Concejalina.